ECONOMíA › SORPRENDENTES DECLARACIONES DEL EX NUMERO 1 DEL FONDO MONETARIO
Köhler, en el Fondo, era un blando
El ex director gerente del organismo, Horst Köhler, dijo que la solución de la crisis argentina no puede basarse sólo en más ajuste fiscal. Un misil contra Krueger, que reclama más superávit.
En el Fondo era bueno. La solución de la crisis argentina “no puede estar simplemente en más ajuste fiscal”, sorprendió Horst Köhler, quien hasta hace unos meses fue director gerente del Fondo Monetario. “Tenemos que pensar en términos más amplios que sólo la tasa de crecimiento y el tamaño del déficit fiscal”, agregó a manera de autocrítica tardía el alemán, actualmente candidato a la presidencia su país. Sus declaraciones desnudan la interna existente en el organismo, mientras Anne Krueger, la número dos, sigue insistiendo con que la Argentina debe elevar la meta de superávit fiscal por encima del 3 por ciento del PBI. El día en que se conoció la confesión, además, no podía ser más oportuno: ayer, el directorio del FMI designó como nuevo director gerente al español Rodrigo Rato.
Köhler concedió una entrevista al IMF Survey, el órgano de difusión oficial del Fondo, cuya última edición empezó a circular ayer por todo el mundo. En ese ámbito, mucho más relajado que cuando era director del FMI y debía hacer equilibrio entre las posiciones de Europa y de Estados Unidos, el alemán destacó la magnitud y la duración de la actual recuperación económica argentina, criticó la idea del ajuste salvador que predica el Fondo alrededor del mundo, y hasta elogió a Néstor Kirchner.
“Mirando hacia adelante, la solución no puede estar simplemente en más ajuste fiscal. Tenemos que pensar en términos más amplios que sólo la tasa de crecimiento y el tamaño del déficit fiscal”, aseguró.
Esos dichos parecieran especialmente dedicados a Krueger, quien en las últimas semanas volvió a presionar públicamente para que la administración Kirchner acepte elevar la pauta de superávit fiscal comprometida con el Fondo más allá del 3 por ciento del PBI.
El ex titular del FMI llamó, además, a “darle crédito” a Kirchner. “El presidente Néstor Kirchner ha dicho que quiere que la Argentina vuelva a ser un país ‘normal’. Creo que tenemos que darle crédito por hacer un progreso significativo en esa dirección: la Argentina está experimentando una recuperación económica notable, más fuerte y duradera de lo que muchos esperaban, y el Gobierno ha preparado un programa de reformas estructurales”, afirmó. Pero también reivindicó el papel del Fondo en ese proceso: “El FMI merece algún crédito por apoyar a la Argentina en estos tiempos difíciles y desempeñar su papel en ayudar a la Argentina a retomar el camino de la estabilidad y elevar la calidad de vida”, sostuvo.
Aunque no explicó por qué el organismo defendió a ultranza en los noventa políticas económicas que llevaron al país al colapso, el economista alemán dijo sentir “pena porque el FMI no pudo evitar la crisis del 2001 y ahorrar al pueblo argentino todo el trauma, las dificultades, el desempleo y la pobreza” que luego sobrevinieron. No obstante, advirtió que “las raíces de la crisis permanecían muy profundas y extendidas más allá de la economía”.
¿Cuál será la posición que adoptará en el futuro Rodrigo Rato, flamante director gerente del organismo? ¿Tendrá un perfil más “blando”, cercano a las últimas declaraciones de Köhler o respaldará al ala dura, que representa Krueger?
Según Claudio Loser, ex director del Departamento del Hemisferio Occidental del Fondo, los gobiernos latinoamericanos apoyaron firmemente la candidatura de Rato “por ser España la gran defensora de América latina entre los países industrializados”. Sin embargo, el economista argentino no cree que un FMI comandado por Rato vaya a flexibilizar las estrictas condiciones de ajuste fiscal que impone en la región. Al contrario, para Loser, como para otro expertos en el tema, el cambio sería a lo sumo de “tono”.
El motivo es simple. Más allá de que el staff de economistas del Fondo es fiel a la ortodoxia económica –dicho sea de paso, al igual que Rato–, las políticas del organismo las fijan los gobiernos del Grupo de los 7, hoy interesados en que la Argentina demuestre capacidad de pago de la deuda y negocie de “buena fe” con los acreedores.