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La Casa Rosada relativizó el efecto de la crisis energética en la economía. Alberto Fernández aseguró que el impacto sobre el PIB será menor a un punto porcentual. Y aseguró que los cortes de gas a los clientes industriales “han cesado”. “Se está garantizando que la productividad no decaiga”, enfatizó el ministro, a modo de primer conclusión sobre el plan de ahorro de energía que puso en marcha el Gobierno.
Fernández salió al cruce de las estimaciones de Roberto Lavagna sobre el impacto de la crisis. La visión del ministro de Economía era más preocupante: previó que el PIB crecería 5,5 por ciento este año, por lo menos un punto y medio menos que lo estimado originalmente.
En ese sentido, Fernández ponderó el ahorro que se está verificando en las casas de familia. “Está rindiendo su fruto ya que garantiza la productividad” de la industria, enfatizó. También explicó que la mejora en la situación se debió al fuel oil importado desde Venezuela.
Felipe Solá también intentó calmar los ánimos por la crisis. Descartó una ola de suspensiones en el sector industrial. Admitió, sin embargo, que muchas empresas tomaron “actitudes preventivas” al suspender a empleados. Se sabe que el gobierno provincial y el nacional están elaborando un plan para que, en caso de que se necesiten cortes de energía, éstos no recaigan sobre las compañías mano de obra intensivas ni tampoco sobre aquellas que no pueden cortar su proceso de producción.