ECONOMíA › SE CUMPLIO EL PARO DE TRENES. SE VIENE UN CONFLICTO EN EL AUTOTRANSPORTE

A pie o en bicicleta, pero sin ir más lejos

La falta de solución al problema de las tarifas generó la nefasta combinación de conflictos en trenes y colectivos. Los primeros no corrieron ayer por el paro de maquinistas. La FATAP anticipó que reducirá el 10 por ciento de las frecuencias y suspenderá a similar proporción de choferes, por el aumento del gasoil.

Los sufridos usuarios del servicio ferroviario tuvieron que apelar ayer a otros medios de transporte o soportar irritantes demoras, debido a que el paro de los maquinistas prácticamente paralizó las siete líneas urbanas. Las molestias, sin embargo, fueron pocas en comparación con lo que podría ocurrir la próxima semana, otra vez sin trenes y con un 10 por ciento menos de colectivos en las calles. Mientras los maquinistas de La Fraternidad resaltaron la contundencia de su medida de fuerza y ratificaron que seguirán con el plan de lucha, los empresarios del autotransporte amenazaron con reducir la prestación del servicio y suspender al 10 por ciento de los choferes, sin goce de sueldo. En respuesta, el gremio de los colectiveros, la Unión Tranviarios Automotor (UTA), advirtió que si se concretan esas medidas dictará de inmediato un cese de actividades. Más vale ir controlando la presión.
Los empresarios de colectivos declararon la “emergencia económica nacional del sector”. “Tenemos que tomar medidas de supervivencia”, se justificó en diálogo con Página/12 el titular de la Federación Argentina del Transporte Automotor de Pasajeros (FATAP), Héctor Tilve. Esas medidas se reducen a las dos siguientes:
- Reducción del 10 por ciento del servicio del autotransporte, en todos los horarios.
- Suspensión del 10 por ciento del personal, sin goce de sueldo. En el área metropolitana se verían afectados 4 mil choferes, mientras que la cifra se ampliaría a 10 mil a nivel nacional.
Tilve puntualizó que la acción de fuerza entrará en vigencia en las próximas 48 a 72 horas, plazo que tendrá el virtual ultimátum que los empresarios le dieron al Gobierno para que responda satisfactoriamente a sus reclamos. “Presentamos a la Secretaría de Transporte un trabajo que llevó un mes de elaboración con acciones administrativas, regulatorias, de racionalización y fiscales para empezar a superar la crisis, pero no se ha avanzado en nada”, se quejó Tilve. El empresario sostuvo que “no pedimos aumento de tarifas”, pero admitió que eso podría cambiar “si no aparece una solución” en el corto plazo.
Los colectiveros avisaron sus planes para acelerar los tiempos de una negociación con la Secretaría de Transporte. Se sienten fuertes porque el organismo mostró su pasividad ante una acción similar de los concesionarios de trenes, que cortaron servicios unilateralmente sin recibir por ello ninguna sanción. Los operadores ferroviarios condenaron a los usuarios a pésimas condiciones de transporte sin que ningún organismo oficial saliera en su defensa. La presión de las compañías de colectivos podría surtir efecto, ya que la Secretaría de Transporte analiza una serie de medidas para compensarlas por el aumento de sus insumos y la dramática caída de pasajeros (ver aparte).
Ante la amenaza de suspensión de miles de trabajadores, el secretario general de la UTA, Juan Manuel Palacios, advirtió que el sindicato “está en estado de alerta y llevará adelante las medidas que sean necesarias en defensa de las fuentes de trabajo, y por supuesto eso incluye un paro de actividades”. No obstante, el gremialista dijo haber encontrado “interés” en el Gobierno para buscar una solución al conflicto. “No es un problema con los trabajadores pero, como siempre, quedamos al medio. El problema es el aumento de los insumos y del combustible y nosotros no vamos a pagar las consecuencias”, enfatizó.
Los maquinistas de La Fraternidad también dijeron ayer que no quieren pagar las consecuencias de los problemas económicos de los concesionarios y que por eso hicieron el paro. También afirmaron que continuarán la próxima semana con el plan de lucha, aunque el titular del gremio, Omar Maturano, no dio precisiones sobre fechas ni acciones específicas. Los trabajadores reclaman que los concesionarios restituyan unos 500 servicios que fueron suprimidos por las diferentes empresas y que se adopten mayores medidas de seguridad. La medida de fuerza provocó que los ramales de las ex líneas Belgrano y Urquiza quedaran paralizados, mientras que las ex Roca, Mitre, San Martín y Sarmiento tuvieron frecuencias de emergencia con personal jerárquico. El gerente de Relaciones Institucionales de Ferrocarriles Metropolitanos, Fernando Hantus, calificó al paro como “político y caprichoso” y lo atribuyó a la aspiración del sindicato de buscar “más protagonismo dentro de la CGT”. Más allá de su análisis político-gremial, el vocero del concesionario admitió que la empresa disminuyó las frecuencias nocturnas ante “la caída en ventas de pasajes y la anulación del subsidio que el gobierno pagaba a las empresas”.
Frente al conflicto, la Secretaría de Transporte expresó que existe un proyecto de decreto que declara la emergencia ferroviaria y que dará al organismo “los elementos necesarios para garantizar la fuente laboral y la normal prestación del servicio al usuario”. Mientras eso ocurre, la combinación de trastornos en trenes y colectivos amenaza con provocar un caos en la ciudad y sus alrededores.

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Los trenes fueron ayer apenas un lugar de visita para asomar las narices, como lo hizo el can de la foto. El paro afectó a todas las líneas.
 
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