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Por David Cufré
y Alfredo Zaiat
Roberto Lavagna recibió a Página/12 ayer al mediodía en un despacho del Palacio de Hacienda, con vestimenta sport, y de buen humor. El ministro de Economía se mostró obsesionado a lo largo de la entrevista con los títulos de las noticias que privilegian los medios. Piensa que es necesario disminuir el grado de agitación para poder avanzar en la normalización de la economía. En sí, reclama tiempo para su gestión. Y ante la insistencia sobre cuál es la política de crecimiento, Lavagna fue terminante: “Antes tenemos que lograr que los bancos funcionen normalmente”. Adelantó que mañana se firmará un decreto de necesidad y urgencia que eliminará el CER para los créditos hipotecarios destinados a vivienda única sin tope de montos y también para todos los préstamos personales y prendarios. No quiso dar un valor del dólar que considera de equilibrio, liberado de la actual incertidumbre financiera. Pero dio una pista: “Argentina es un país con un PBI per cápita de 5000 a 6000 dólares, ni la fantasía de los 9000 durante la convertibilidad ni la depresión de los 2000 de ahora”. O sea, un dólar de 1,80 a 2 pesos.
–¿Terminará con el corralito?
–Sí, porque forma parte de ese proceso de normalización que necesitamos. El sistema tiene que funcionar de manera tal que la gente pueda hacer transacciones libremente.
–¿Cuándo piensa que estarán liberadas las cajas de ahorro y cuentas corrientes?
–Vamos en esa dirección. No podemos generar falsas expectativas. Lo que sí podemos decir es que la orientación es hacia la liberalización, la máxima que podamos. También hacia la creación de instrumentos financieros que no sean papeles basura.
–Los bancos piden que el bono sea obligatorio no sólo para los plazos fijos, sino también para las cajas de ahorro. ¿Se va aceptar?
–No está entre las hipótesis con las que estamos trabajando.
–¿Los bancos aportarán garantías para los bonos?
–Los bancos aportarán su cartera y su patrimonio en este proceso.
–El actual sistema financiero murió. ¿Qué nuevo sistema imagina?
–Estamos en una situación tan al margen que la respuesta es que imagino un sistema financiero abierto y funcionando.
–¿Qué plazo llevará el proceso de reconstrucción del sistema financiero y hacia dónde va ese proceso?
–En esta instancia prefiero no hablar de eso porque puede interpretarse en el sentido de cierre de bancos.
El CER
–¿Está definido que los créditos hipotecarios quedan fuera del CER?
–Todos los créditos hipotecarios para vivienda única quedan fuera del CER, sin importar de cuánto haya sido el préstamo.
–¿Y qué pasará con los créditos personales y prendarios?
–Lo mismo, quedan afuera del CER, sin límite. También los alquileres. En este caso, la intervención del Estado se limita a los contratos vigentes. En principio eso será firmado pasado mañana (por mañana).
–¿Será un decreto de necesidad y urgencia?
–Sí, pero los legisladores van a ser copartícipes de esa decisión. Lo hacemos por decreto para no interferir en el tratamiento de las leyes de Quiebras y Subversión Económica.
–¿El Plan Bonex II también saldrá por decreto?
–Está menos claro, pero es posible.
–¿El resto de los créditos seguirá ajustándose por el CER?
–Sí.
–El ajuste se hará por un índice salarial, pero ¿cuál?
–Uno que se tiene que definir. No es razonable que un país como Argentina no tenga índices salariales. Todos sabemos que el salario realse ha desplomado en los últimos años. Y por qué no tenemos un índice, ¿para que no se note?
Inflación
–Los precios, fundamentalmente de la canasta básica, siguen subiendo. ¿No se puede hacer nada?
–A usted qué le parece. Qué podemos hacer, poner policías para controlar los precios. No tiene sentido.
–Entonces.
–Lo que hay que hacer es política fiscal para disminuir el déficit, política monetaria y cambiaria responsable y despejar incertidumbres que tienen que ver con la negociación con el FMI.
–¿Cómo influirá esa estrategia en la formación de precios?
–De ese conjunto de elementos resultará la estabilización del tipo de cambio, y que los precios se instalen en el nivel actual, sin que sigan subiendo.
–En la cadena de comercialización sostienen que el nivel actual de precios responde a un dólar de 2,40, lo que implica que todavía podrían subir más.
–Creo que ya se produjo el grueso de la traslación a precios de la cotización de 3 pesos por dólar.
–Las petroleras dicen que el litro de nafta tiene que subir a 1,70.
–No voy a contestar hipótesis tremendistas.
Salarios
–¿La depreciación salarial no es demasiada rápida para esperar resultados de su política de estabilización de la inflación?
–La devaluación fue resultado del final de un modelo económico. Este significó un record histórico de desempleo y subempleo y empobrecimiento del 40 por ciento de la población. ¿Cuál era la alternativa a la no devaluación para que no se produjera este deterioro inicial del salario?
–¿Cuál?
–Intentar mantener un modelo que nos condujo a la desocupación record. Es obvio que la devaluación provoca caída del salario real, pero era la salida ineludible a un modelo de desocupación.
–¿A qué nivel de inflación piensa que se deberá rediscutir salarios?
–Yo lo plantearía de otro modo: a qué nivel de reactivación económica se producirá naturalmente la recomposición salarial. Hoy los salarios se pueden discutir libremente, no hay ninguna restricción de carácter estatal. Simplemente no hay discusión de salarios porque cuando la desocupación está llegando a niveles del 24 por ciento y otro tanto el subempleo no hay posibilidad de pensar en aumentos. Si se logra frenar la caída del nivel de actividad económica, naturalmente se producirá una mejora salarial. No tengo dudas. Los actuales salarios corresponden a niveles mínimos.
–El fantasma de los sectores con ingresos...
–(interrumpe) Hay un amplio sector de la población que no tiene ingresos, que sería condenado a quedar excluido del mercado si por alguna medida artificial se intentara subir los salarios de los que sí tienen ingresos, que son una parte mínima.
–...decía que el fantasma que tienen es la hiperinflación. ¿Cuán cerca o cuán lejos se está de la híper?
–Estamos en una situación crítica. Trabajamos para sacar a la economía de ese riesgo.