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En medio de expresiones de disgusto de otras cámaras empresarias y denuncias de la central sindical opositora, la Unión Industrial Argentina y la CGT dieron ayer otro paso hacia una mejora de sueldos para el sector privado al margen del Consejo del Salario. En el día de hoy, los dos responsables “técnicos” de las entidades participantes de la discusión, Daniel Funes de Rioja y Héctor Recalde, elevarán las conclusiones a sus respectivos cuerpos directivos, con la perspectiva de una inmediata reunión de cúpulas que le dé forma al acuerdo. Primero se va a convenir el ajuste del piso salarial y en una etapa posterior la eliminación o reemplazo del régimen de doble indemnización por despido, según señalan desde el sector sindical.
“Aún no se produjo un choque de ideas, apenas un avance sobre la agenda con los materiales aportados por cada uno”, describió lacónicamente Recalde a Página/12 al referirse al estado actual de las negociaciones. La pretensión de la CGT es que el salario mínimo se fije en lo inmediato por encima del valor de la canasta familiar, de 745 pesos. La UIA, a su vez, pretende acordar el mecanismo y un cronograma de salida del régimen de doble indemnización dispuesto a partir de la situación de emergencia económica y social de principios de 2002. Otros puntos en la agenda común que acordarán las dos centrales serán la regularización del trabajo en negro y la reformulación de la ley de accidentes de trabajo.
Desde la cartera laboral se ve con agrado la posibilidad de un acuerdo entre la CGT y la UIA, aun por afuera del Consejo del Salario. Este ámbito fue prácticamente congelado a partir del último trimestre del año pasado.
Distintas organizaciones empresarias que fueran convocados el año pasado a conformar el Consejo se han quejado por esta instancia de negociación entre UIA y CGT sin su presencia, anticipando que desconocerán sus resultados. La CTA, en tanto, le envió una carta documento al presidente de la Nación en queja por la actitud del Ministerio de Trabajo de ignorar sus reclamos de reconocimiento de la personería gremial y por haberla marginado, en los hechos, de toda negociación laboral.
Desde la CGT dicen que se trata simplemente de un primer paso hacia un acuerdo y que, posteriormente, se invitará a discutir a otros sectores. Desde el lado oficial se piensa que la cercanía entre Gobierno, UIA y CGT garantizaría resultados más “moderados” que los que pudieran surgir de una discusión más abierta y en un marco que, en los últimos meses, se ha tornado más conflictivo y con resultados favorables a los trabajadores en lucha.