ECONOMíA
Aguas en permanente ebullición
Por Cledis Candelaresi
Cuando ambas partes hacen un esmerado esfuerzo para evitar la ruptura, un informe interno del Etoss tensó nuevamente el sensible vínculo entre la empresa y el Gobierno. El análisis destaca que Aguas Argentinas ejecutó sólo el 31 por ciento de las inversiones para expansión comprometidas en el acta acuerdo del año 2004, que se costean vía fideicomiso. La sociedad capitaneada por Suez desmintió rotundamente ante este diario que exista tal incumplimiento –equivalente a unos 63 millones de pesos–, explicando que las obras faltantes están en etapa de licitación. Lo extraño, esta vez, es que estos dichos coinciden con la postura oficial del órgano regulador, que atribuye el paper a una gaffe de alguno de sus técnicos.
Las planillas de análisis de los reguladores forman parte del trabajo de rutina que trascendió sus oficinas. Tan así es que fueron adoptadas como material de trabajo por la Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia (Asij), la misma que denunció la dolarización de las tasas aeroportuarias y que heladerías Freddo incumplía con el cupo femenino entre sus empleados. En este caso, los abogados de Asij concluyeron que ni la empresa honró las obligaciones admitidas en el documento firmado en mayo del año pasado ni el ente de control la de realizar las intimaciones fehacientes.
El acta acuerdo rubricada en mayo del año pasado preveía una fórmula contractual de transición hasta diciembre, fecha en la que debería haberse consensuado un nuevo contrato, cometido aún pendiente. Sin modificar las tarifas, Aguas se comprometía a ejecutar obras por 126 millones de pesos con fuentes varias y otras para ampliar la red por 96 millones con recursos acumulados en el fondo fiduciario durante los años 2003 y 2004. Las primeras fueron cumplidas, en algunos casos con exceso. Pero a fin de enero las segundas estaban sin ejecutar “en un 68,93 por ciento”.
“Aguas debía licitar las obras para diciembre. Pero la ejecución es plurianual”, aclara la empresa, en relación a los retrasos identificados por técnicos del Etoss y resaltados por los abogados de Asij. Ante una consulta de este diario, el vocero oficial del ente regulador se empeñó en explicar exactamente lo mismo, aunque sin desconocer que existen aquellas planillas donde se sugiere un “desvío” de las metas impuestas por el acta acuerdo expirada en diciembre.
El asesor de prensa de Alejandro Labado, titular del Etoss, improvisó un resumen donde se detalla una serie de obras que serán terminadas en el transcurso de este año, enfatizando que el dinero fiduciario, porcentaje de la tarifa que pagan todos los clientes, está depositado en el Banco Provincia y sólo puede ser liberado contra certificado de obra. En el peor de los casos, a la empresa podría imputársele haber demorado la ejecución de obras en un rubro tan sensible como el de “expansión”, justamente el que permite llevar el servicio a quienes no lo tienen.
Lo claro en ambos casos es la voluntad de no romper lanzas en este momento. El Gobierno espera la salida del default para tomar alguna decisión acerca de un plan elevado por la privatizada, pero mientras tanto evita cualquier gesto que pueda crisparla. La empresa administrada por los franceses también hace esfuerzos para controlar el fastidio que le producen los cuestionamientos que recibió desde las oficinas públicas y apuesta a que prospere aunque sea parte de su plan.
Según esta iniciativa, la cobertura a toda el área concesionada llegará recién al final del 2023. Para ello, demanda 500 millones de pesos anuales de ingresos “adicionales”, por la vía que fuere, sin excluir un mix: préstamos de organismos multilaterales, ajuste de tarifas y/o rebaja impositiva sobre el precio del servicio. Tampoco desprecia el aporte directo del Estado, la modalidad fiduciaria y hasta demanda préstamos en pesos para cancelar su abultada deuda en dólares.
Mientras, el Gobierno tendrá que resignar un listado de obras que considera prioritarias para el saneamiento de lugares pobres del conurbano o ejecutarlas por sí mismo, ya que Aguas se niega a firmar la extensión del fideicomiso hasta que no avance la renegociación.