ECONOMíA › EL EQUIPO ECONOMICO EN
WASHINGTON CON EL FONDO Y EL TESORO DE EE.UU.
El turno del paraguas político al canje
Roberto Lavagna se reunió con Rodrigo Rato, director gerente del FMI, y John Snow, secretario del Tesoro de Estados Unidos. A ambos les mostró los resultados del canje de deuda y de la evolución de la economía. Luego de esa presentación, vendrán los días de la negociación técnica para un acuerdo con el organismo. Como es usual, irá para largo.
Por David Cufré
Roberto Lavagna tiene sobrada experiencia en negociar con el FMI. Sabe que las cosas nunca son fáciles. Son, por el contrario, engorrosas, complicadas, fastidiosas, y demandan dosis extra de paciencia. Desde que la Argentina dejó de ser el mejor alumno de Washington, todo lleva tiempo. Y el resultado exitoso del canje de deuda no modificó esa realidad. El ministro de Economía lo comprobó ayer en su segunda reunión con Rodrigo Rato, director gerente del FMI. Para el staff del Fondo, ahora el problema es cómo hacer para no quedar como los grandes derrotados. Pero tampoco puede negarse a un acuerdo, luego de que el Gobierno cumpliera con el requisito de obtener más de un 75 por ciento de adhesión de los acreedores. La solución a ese dilema es, por ahora, llevar las cosas a la larga. Lavagna es “razonablemente optimista”: confía en que llegará a un trato, aunque descuenta que antes deberá discutir bastante.
La gira por la capital estadounidense incluyó una visita al Departamento del Tesoro. Su titular, John Snow; el número dos, John Taylor, y el subsecretario para Asuntos Internacionales, Randall Quarles, recibieron a la delegación argentina, compuesta por Lavagna, Guillermo Nielsen y el embajador José Octavio Bordón. La llave para apurar un acuerdo con el Fondo es obtener un decidido respaldo del gobierno de George Bush. El jefe del Palacio de Hacienda intentó ser contundente en su descripción de los pasos que ha dado la Argentina para normalizar su situación, incluida la reciente reestructuración de la deuda. En privado, la respuesta fue satisfactoria, según dijeron a Página/12 fuentes argentinas en Washington. En público, el portavoz del Departamento del Tesoro, Tony Fratto, esquivó una definición sobre cómo evalúa Estados Unidos el resultado del canje.
La actividad principal de la mañana fue una reunión de más de una hora en la sede del Fondo. Además de Rato, estuvieron el director del Departamento para el Hemisferio Occidental, Anoop Singh, y el delegado permanente del FMI en Argentina, John Dodsworth. El equipo de Lavagna se completó con Leonardo Madcur, Sebastián Palla, y el director de Argentina en el Fondo, Héctor Torres. “Las negociaciones siempre comienzan con un encuentro al más alto nivel político. Después trabajan los técnicos y, al final, los acuerdos los cierran las máximas autoridades. Hoy (por ayer) completamos la primera etapa”, describió uno de los miembros de la delegación. Eso quiere decir que las discusiones están recién muy en el principio.
Todavía no hay definición sobre una cuestión elemental: si se buscará reflotar el convenio que quedó en suspenso a mediados del año pasado o si habrá un nuevo programa. “Hay pros y contras en ambos casos”, señaló el informante de Economía. “Si levantamos el acuerdo anterior, tendríamos opción de recuperar lo que se le pagó al FMI desde ese momento hasta ahora (unos 3500 millones de dólares). Si vamos por un nuevo convenio, tenemos la opción de que sea a dos o tres años de plazo”, agregó. En definitiva, se elegirá “en función de las necesidades financieras”. El Fondo, por su parte, se inclina por dar por caído el entendimiento anterior y negociar uno nuevo. Pero no acepta que sea a dos o tres años, sino a uno.
El FMI emitió un comunicado en el que expresó que las conversiones fueron “fructíferas y cordiales” y que las negociaciones continuarán en Washington “en las próximas semanas” con reuniones de equipos técnicos. La mejor prueba de que las discusiones llevarán tiempo es que todavía no se les puso fecha a esos encuentros. “La reunión sirvió para pasar revista a los temas que tenemos por delante”, explicó el miembro del equipo económico.
Más allá de las formalidades, lo central del encuentro fue el debate sobre los resultados del canje. Lavagna fue categórico en que la operación no se reabrirá. Utilizó dos argumentos. El primero fue recordarle al jefe del FMI que Argentina avanzó en una reestructuración sin apoyo del organismo. A diferencia de otros casos recientes, como los de Turquía, Brasil y Uruguay, que recibieron dinero del Fondo para reacomodar sus deudas, Argentina tuvo que ir a una “solución de mercado”. En consecuencia, “no se nos puede pedir un arreglo con el 95 por ciento de los acreedores (como ocurrió con los otros países), sino que hay que conformarse con el 76”.
El segundo argumento fue que “no tiene sentido reabrir el canje hasta que haya certeza de que hay un número significativo de bonistas que quieren entrar”. “Primero que nos demuestren que hay inversores arrepentidos de haberse quedado afuera”, señaló el funcionario, aunque lo dijo de modo retórico: en Economía descreen de que así sea y, si existieran esos bonistas, afirman que “ya tuvieron su oportunidad”.
La otra obsesión del Fondo son los contratos de las privatizadas. Rato fue muy directo en su reclamo de que concluyeran las renegociaciones y subieran las tarifas. La coparticipación federal de impuestos, en cambio, ya no es un tema prioritario.