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Como informó Página/12, el Gobierno decidió posar la mira sobre el sector de envases para alimentación. Dichos insumos, según la clase de material de que se trate, son producidos por unas pocas empresas que aprovechan su condición monopólica u oligopólica para fijar costos exorbitantes, que luego presionan sobre los precios de la canasta básica. La Copal –cámara que agrupa a las empresas de la industria alimentaria– acercó a los funcionarios de Defensa del Consumidor un listado que detalla la estampida en los costos de los envases que, de no frenarse en los próximos meses, seguirían presionando sobre el valor de los alimentos y bebidas.
Tal como sostiene un informe que circula entre funcionarios de Economía, los envases explican una parte relevante del precio final de los alimentos y bebidas. Por ejemplo, se calcula que en la elaboración de gaseosas, agua mineral y otras bebidas no alcohólicas, el envase de materiales plásticos representa alrededor del 15 por ciento del valor del bien final. Los envases de vidrio –para cervezas y vinos– constituyen entre el 10 y 12 por ciento del valor del producto. En tanto, en la producción de lácteos, el papel y cartón son responsables por el 5 por ciento del precio final. Igualmente significativo es el costo de la hojalata en los envasados de frutas, aceites, salsas y pescados. O el aluminio para latas de bebidas.
En cada uno de los sectores productores de esos insumos de uso difundido existen empresas cuasimonopólicas que dominan el mercado. Por ejemplo:

- El único productor de PET (insumo de las botellas plásticas) se llama Voridian, una empresa internacional perteneciente al grupo Eastman.

- El famoso tetra brik es fabricado por una única empresa en la Argentina, Tetra Pack SA. Esta compañía monopoliza, entonces, el mercado de este producto, con el que hoy se envasan no sólo vinos sino también leches, yogures, jugos y salsas de tomate. “El control del ciento por ciento de este mercado por una sola firma constituye una señal de alerta para que las autoridades competentes (Comisión Nacional de Defensa de la Competencia) lo monitoreen de cerca”, afirma un estudio oficial.

- El grupo Cattorini Hermanos (ex Rigoleau) controla más del 50 por ciento de los envases de vidrio.

- Siderar, del Grupo Techint, monopoliza la producción de hojalata y dominaría también, a través de una empresa vinculada, el mercado de esta clase de envases.

Todos esos insumos han tenido desde la devaluación un salto de precios tan espectacular que en ciertos casos hasta superan la suba del dólar (195 por ciento) desde la caída de la convertibilidad. Más aún, en algunos sectores las remarcaciones volvieron a tomar impulso en los últimos meses. Por ejemplo, en el último año, Siderar incrementó el precio de la hojalata un 40 por ciento y había anunciado a sus clientes un nuevo ajuste a partir del último viernes, decisión que quedó congelada después de una tensa reunión en la Subsecretaría de Defensa del Consumidor.
Ahora, el Gobierno deberá decidir si inicia una ronda de conversaciones con cada uno de los “dueños del envase” o si abre investigaciones en el marco de la ley de Defensa de la Competencia, que prevé multas millonarias para las empresas que abusen de su posición dominante en un sector para obtener ganancias extraordinarias. De paso, si hay empresas que violan la ley –como sugiere el informe–, las investigaciones deberían proseguirse más allá de cualquier negociación política.
Cualquiera sea la decisión, el Gobierno deberá actuar con premura. La inflación de marzo, que se conocerá en los próximos días, superaría el uno por ciento, acumulando más del 3,5 por ciento en el primer trimestre. La mayor parte de esa inflación minorista se explica por las subas en los precios de los alimentos. La Copal transmitió al gobierno su predisposición para estabilizar o desinflar algunos precios en abril. Pero ese compromiso dependerá de lo que hagan las empresas que dominan los recipientes.