ECONOMíA › TOMADA DIJO QUE SI HAY MAS RECLAMOS SALARIALES ES PORQUE HAY CRECIMIENTO
No siempre la conflictividad es tan mala
El ministro de Trabajo disertó ayer en la segunda jornada del seminario organizado por el Grupo Fénix. Vinculó la mayor conflictividad laboral con el crecimiento. “Prefiero tener 10 mil trabajadores reclamando salarios a tener 10 mil pobres pidiendo planes sociales.”
“Algunos sectores le quieren colgar un estigma a los beneficiarios de los planes sociales. Se olvidan de cómo se llegó a esta situación”, afirmó el ministro de Trabajo, Carlos Tomada, en su disertación en el marco del Plan Fénix. El ministro también dijo que lo que algunos llaman “aumento de la conflictividad laboral” no es más que uno de los signos del crecimiento de la economía. “Prefiero tener 10.000 trabajadores reclamando por aumento de salarios a 10.000 pobres de toda pobreza reclamando por planes sociales”, reflexionó.
Tanto en la inauguración de las jornadas el martes en la Biblioteca Nacional como ayer en la sede de la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA, los representantes del Plan Fénix destacaron la participación en el seminario de 4 días de la primera plana del Gobierno. A pesar de la ausencia del presidente Néstor Kirchner en la inauguración, el relanzamiento del Fénix contó ya con la presencia de dos miembros del gabinete y se espera que al cierre del viernes concurra el ministro de Economía, Roberto Lavagna. A ello se suma también la presencia de numerosos funcionarios técnicos en los paneles de discusión, muchos de ellos surgidos del propio grupo Fénix.
“La decisión de las autoridades nacionales de que la plana mayor del Gobierno esté presente habla de una situación particular”, sostuvo el economista Javier Lindemboin, quien al presentar a Tomada encomió la decisión del ministro de titular su presentación “Trabajo decente y crecimiento económico” una manera, a juicio del comentarista, de reexpresar el lema del Fénix; “Desarrollo con equidad”.
En este marco receptivo, Tomada realizó una revisión complaciente de la política laboral del Gobierno. Para ponerse a tono con el ámbito recoleto, agregó que exponer ante académicos le demandaba un desafío, pues venía de la “cotidianidad brutal de la gestión”. Ya más relajado, expresó que el fin de las certezas del mundo del pensamiento único supone “nuevos interrogantes sobre cómo abordar viejos problemas”, entre los que destacó la redistribución del ingreso y la reducción de los actuales niveles de pobreza, indigencia y desempleo. Todo ello, en el marco de “un nuevo patrón productivo que está en marcha”.
Hoy en materia de reclamos laborales estamos en la misma situación que a principios del siglo XX, cuando “las luchas sociales no estaban disociadas de las demandas por la redistribución del ingreso”, consideró. Luego este debate se abandonó. “En la Argentina esto fue particularmente notable en las últimas décadas. El libre juego de la oferta y la demanda de los ’90 generó un crecimiento sin empleo. A pesar de la flexibilidad laboral sólo 10 de cada 100 puestos de trabajo creados en este período fueron registrados. Hoy esta cifra es de 85 cada 100”, destacó. “Citando a la actual candidata por el justicialismo porteño Mercedes Marcó del Pont, en los ’90 crecíamos a tasas chinas, pero sin crear empleo. Hoy lo hacemos con empleo”, dijo Tomada.
Pero el problema del mercado laboral no es sólo el de la cantidad, sino el de la calidad. “La Argentina es un país con memoria de otro bienestar, si con la calidad del empleo no se logra reducir la fragmentación social el mismo sistema político estará en crisis”, sostuvo. “El crecimiento sin empleo no es viable. Basar la competitividad de la economía en los bajos salarios es tan ineficaz como efímero. Plantearse algo distinto es más difícil que dejar todo librado a la mano invisible del mercado”, argumentó.
Para destacar que esta visión es la que puede encontrarse en el centro de las preocupaciones gubernamentales, Tomada describió dos tipos de políticas impulsadas por su cartera; las de ingresos y las de fortalecimiento institucional. Sobre las primeras dijo que “hemos pasado del reclamo social al salarial y esto es bueno, porque se trata de un símbolo y una señal del crecimiento. Pasamos del Plan Jefes al incremento de la inserción laboral de los desocupados. Unas 360 mil personas, 500 por día, pasaron al empleo formal”. En esta línea, el ministro justificó losaumentos de suma fija y del salario mínimo decididos por el Ejecutivo. “Si bien creemos que la negociación colectiva es el mejor instrumento para dirimir las disputas salariales, hubo un tiempo en que los actores no estaban comprometidos y el Estado debió intervenir”, afirmó.
Por último, Tomada adelantó que su cartera se concentrará en el fortalecimiento institucional. Los ejes serán la inspección del trabajo para que “cualquier empleador sepa que contratar en negro es más caro que hacerlo en blanco”, las negociaciones colectivas, la creación de un servicio público de empleo de alcance nacional y el mayor desarrollo del seguro de desempleo.