ECONOMíA
Suba de tasas en Estados Unidos y
no es la última
El aumento a 3,5 por ciento de la tasa de corto plazo eleva los intereses de la deuda argentina en 120 millones de dólares al año, pero no hubo reacciones.
Por Claudio Zlotnik
Estados Unidos subió la tasa de interés de corto plazo por décima vez consecutiva. Tal cual esperaban los financistas, pasó del 3,25 al 3,50 por ciento anual. El ajuste forma parte del proceso alcista iniciado en junio de 2004 y que, opinan los expertos, todavía tiene margen para continuar. Para la Argentina, el alza de la tasa internacional tiene dos efectos: implica un encarecimiento en el costo de la deuda en torno de los 120 millones de dólares. Y pone un escollo a la intención de Economía de buscar financiamiento en el mercado externo. A nivel local, la decisión de Alan Greenspan no tuvo mayor impacto: el Banco Central logró una leve caída de las tasas en la colocación de Letras (Lebac), aun cuando se colocaron 1915 millones de pesos, 300 millones por encima al monto que vencía.
En el comunicado distribuido al final de la reunión de directorio de la Reserva Federal (banca central estadounidense), Greenspan adelantó que planea seguir incrementando el interés del dinero “a un ritmo moderado”, tal como ocurrió en los últimos 14 meses. En los principales bancos de Wall Street existe consenso en que la tasa llegará al 4,25/4,50 por ciento anual hacia fin de año. Y que la tendencia continuará al menos en la primera parte de 2006.
La suba de la tasa es un elemento que el Gobierno deberá tener en cuenta al momento de definir la estrategia de desendeudamiento con el Fondo Monetario. Lo más probable es que la tendencia alcista se refleje en un encarecimiento en el financiamiento que serviría para pagar los vencimientos con el FMI. Si bien el costo de los créditos del FMI no está atado a la tasa internacional, es cierto que los directores del organismo pueden ajustarlo unilateralmente cada vez que lo crean conveniente.
Por ahora, la opinión de los especialistas es que el aumento de la tasa en Estados Unidos no le traerá demasiados problemas a la economía argentina. “Si se cumple la previsión de que será un alza moderada y gradual, tal como anunció la FED, el encarecimiento del financiamiento será muy leve. No impactará en el crecimiento de la economía y, por lo tanto, tampoco gatillará una ola de ventas de títulos de la deuda que eleve el riesgo país”, analizó, en diálogo con este diario, Vladimir Werning, economista jefe del estadounidense JP Morgan.
El especialista incluso se arriesgó a un vaticinio favorable para la Argentina. La previsión es que una suba moderada de la tasa en los Estados Unidos ayudará a morigerar el ingreso de capitales especulativos. El rendimiento de los bonos a 10 años del Tesoro americano se ubicó ayer en el 4,39 por ciento anual, lo que eleva la atracción por esos títulos en detrimento de los más riesgosos papeles de la deuda de los emergentes.
Otra cuestión que favorece a digerir la tendencia alcista de la tasa refiere a que, a diferencia de los años ’90, ahora la Argentina muestra un superávit de su cuenta corriente. Es decir, es mucho menos vulnerable que en aquellos años.
Analizado desde el punto de vista de los Estados Unidos, la decisión de Greenspan refleja que esa economía se encuentra en plena expansión. Para el tercer trimestre se aguarda una aceleración en esa tendencia. La previsión es que el Producto crezca alrededor del 4,5 por ciento. Si bien por ahora no hubo un rebrote inflacionario, la intención del titular de la Reserva Federal es erradicar cualquier riesgo. Para la Argentina, este contexto es positivo: asegura precios de los commodities sostenidos y una buena demanda de sus productos exportables.