ECONOMíA › SE EXPORTA 25 POR CIENTO MAS
El vino, de salida
La industria del vino atraviesa una etapa de crecimiento por el aumento de las exportaciones, pero no logra recuperar el consumo interno. Este año las ventas del sector al exterior crecerán un 25 por ciento, lo que representa un incremento en divisas de unos 200 millones de dólares. El tipo de cambio competitivo y las ventajas de un suelo donde se producen 50 varietales, contra cuatro de Chile, por ejemplo, comenzó a atraer a los grandes jugadores de la industria mundial, que desde 2003 invirtieron más de 300 millones de dólares, sin contar los desembolsos realizados por los locales.
Sin embargo, este fuerte crecimiento en actividad, exportaciones e inversión del sector vitivinícola no se tradujo en la recuperación de un mercado interno que en los últimos años le fue bastante esquivo y en donde aumentó el consumo de cervezas, bebidas blancas y energizantes. Tras un 2004 donde el consumo interno de vino retrocedió el 15 por ciento, alcanzando los 30 litros anuales per cápita, una de las marcas históricas más bajas, la industria se replanteó una agresiva estrategia para recuperar terreno entre los consumidores.
El objetivo final es que en 2020 la vitivinicultura argentina alcance ventas totales por 2000 millones de dólares y participe con un 10 por ciento en el volumen de las exportaciones mundiales. “El plan ha sido diseñado con una visión de ahora al 2020. La idea es aumentar en los próximos tres años el consumo interno de 30 a 40 litros anuales”, indicó el presidente del Fondo Vitivinícola Mendoza, José Luis Lanzarini.
El empresario remarcó que “la industria vitivinícola es una de las pocas que en los ’90 aprovechó el dólar barato para realizar fuertes inversiones en tecnología y reconversión de varietales”. Por eso, subrayó que “en los últimos años, con la devaluación y la aparición de un tipo de cambio competitivo, los grandes jugadores mundiales del sector de producción de bebidas alcohólicas desembarcaron fuertemente en la Argentina”. Así, destacó que “la Argentina se colocó en la séptima posición en el mundo entre los países productores de vino”. Otra ventaja es que en los últimos años Brasil se convirtió en comprador del vino argentino. “En Brasil cambió el hábito de consumo y el vino pasó a tener una importante participación”, indicó.