ECONOMíA › EL GOBIERNO ES OPTIMISTA, AUNQUE EL FMI MANTIENE SUS EXIGENCIAS

Casi todo listo para el viaje de Lavagna

El próximo paso de la negociación será en Washington. El ministro quiere preservar la facultad del Gobierno de intervenir en el mercado para calmar el dólar. El FMI se opone al uso de las reservas. “Un sistema de flotación es lo mejor para Argentina”, opinan en Washington.

“Es justo decir que las discusiones están marchando razonablemente bien, porque avanzamos hacia el próximo paso”, declaró ayer en Washington el principal vocero del FMI, Thomas Dawson. En La Haya, el número uno del organismo, Horst Koehler, consideró posible que se firmara un acuerdo en julio, pero dijo que “dependerá del compromiso del país para lograr un marco de disciplina y fortaleza fiscal”. Entre esas declaraciones y el informe de Roberto Lavagna sobre la marcha de las negociaciones con la misión del Fondo, dentro del elenco gobernante crece un clima de optimismo. En Economía sostienen que “el diálogo está muy bien encaminado”. El ministro mantendrá hoy una reunión final con el jefe de los delegados extranjeros, John Thornton, y luego se comunicará con la subdirectora del organismo, Anne Krueger. En esas charlas se definirá la continuidad de las gestiones. Lavagna viajaría el martes por la noche a Washington. Llevará cumplida la última tarea que le habían asignado al Poder Ejecutivo: Eduardo Duhalde vetó anoche uno de los artículo agregados al Código Penal luego de la derogación de la Ley de Subversión Económica (ver página 6).
La versión oficial esconde, sin embargo, los aspectos más complicados de la negociación. Tal como adelantó Página/12, el FMI sostiene una posición muy firme en contra de la intervención del Banco Central en el mercado de cambios. Dawson sostuvo que “Argentina no debe vender sus reservas para apuntalar el peso, sino que debe establecer las políticas económicas adecuadas para fortalecerlo”. Si el acuerdo incluye esa limitación, es probable que la cotización del dólar acelere su escalada. Las autoridades del Banco Central se lo expusieron a Thornton y le presentaron un plan para destinar entre 1100 y 1300 millones de dólares de las reservas para evitar que la divisa salte más allá de 3,80 y lograr que se estabilice, a fin de año, en torno de 3,60. La respuesta del economista inglés fue contraria a esa idea.
Dawson fue claro en expresar qué es lo que quiere el FMI: “Un sistema de flotación es lo mejor para Argentina”. Lavagna tendrá que batallar bastante para convencer a las autoridades del FMI de la necesidad de seguir utilizando reservas para operar sobre el dólar. Su viaje a Washington está programado para el martes a la noche, pero la confirmación definitiva se dará hoy en su comunicación con Krueger. El vocero del Fondo dio un aval tácito a la partida del ministro, al declarar que “la negociación avanza hacia el paso siguiente”.
El viaje es determinante para el futuro de las negociaciones. La misión del FMI avanzó en la elaboración de escenarios posibles, pero los números finales al acuerdo se pondrán en Washington. El Fondo estima que la inflación este año ascenderá al 100 por ciento, que el PIB caerá 15 por ciento y que el desempleo tocará el 29 por ciento. La hipótesis del Gobierno es que la inflación se ubicará en 84 por ciento y la actividad económica retrocederá 12 puntos. En cuanto al programa monetario, fija una pauta de emisión neta de 4500 millones de pesos, después de la absorción de 2900 millones mediante la colocación de Letras del Banco Central (Lebac). Thornton considera muy optimista esta última cifra, pues descree que se pueda colocar esa cantidad de títulos.
Si Lavagna consigue resolver todos estos temas en sus encuentros con Koehler, Krueger y Anoop Singh, el paso siguiente sería el viaje de este último a la Argentina para dar la puntada final a la carta de intención de un nuevo programa. En el Gobierno aseguran que la reestructuración del sistema financiero es un tema importante pero que no trabará la firma del acuerdo. Financistas de Wall Street que están en contacto permanente con los funcionarios de Washington sostienen lo contrario. “El Fondo va a pedir precisiones sobre el nuevo sistema financiero, hasta que no esté resuelto no habrá reactivación”, sentenció en diálogo con Página/12 un operador con oficinas en Nueva York.
El Gobierno negó la posibilidad de un acuerdo transitorio por los vencimientos de este año. Sin embargo, si las negociaciones vuelven aestancarse, Lavagna pedirá una prórroga de seis meses o un año de los vencimientos que se produzcan mientras todo sigue abierto. Otro reclamo que expresó Koehler es que “Argentina necesita demostrar que existe el compromiso de trabajar con la comunidad internacional y, ante todo, con los inversores privados”. Es decir, que volverá a pagar la deuda. Esto mismo escuchó anoche el gobernador salteño, Juan Carlos Romero, en una reunión con Thornton. El referente menemista se entrevistó con el jefe de la misión para intercambiar un panorama sombrío sobre el futuro político del país.

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Roberto Lavagna prepara las valijas, pero sólo para seguir las gestiones ante el FMI en Washington.
 
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