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Los principales empresarios del país, nucleados en la Asociación Empresaria Argentina, tuvieron ayer la primera reunión protocolar con el presidente Eduardo Duhalde, a quien prometieron elevarle una propuesta integral para reorientar la economía y la política del país, apenas terminen de pulirla. Oscar Vicente, titular de ese grupo, dio pistas sobre algunos de los criterios que promoverá la AEA: no a un aumento generalizado de salarios; sí a una discusión sectorial de las remuneraciones.
Ayer fueron a la Casa Rosada figuras de mucho renombre del empresariado local, una de las características de la flamante cámara empresaria. Vicente –vicepresidente de Pérez Companc– estuvo acompañado por Amalia Lacroze de Fortabat (Loma Negra), Luis Bameule (Quick Food), Eduardo Elzstain (Irsa, Hipotecario), Eduardo Acevedo (Acíndar), Aldo Roggio (constructora homónima), Manuel Sacerdote (BankBoston), Enrique Pescarmona (Impsat), Juan Carlos Masjoan (Telecom), entre otros destacados nombres.
Justamente, uno de los rasgos de la AEA es nuclear a la primera línea de las más grandes empresas, para darle a la organización una fuerza que en este momento no tienen otras entidades empresarias. La Asociación apuesta a imponer su programa al poder de turno, sea cual fuere su signo. “Nuestro apoyo al Estado va más allá del apoyo personal al Presidente”, sentenció Vicente.
Si bien los empresarios ayer prometieron elevarle a Duhalde los dictámenes de sus cuatro comisiones de trabajo –reforma administrativa, responsabilidad social empresaria, moneda y crédito y estrategia–, no descartan hacer lo propio con cualquier equipo de gobierno que manifieste interés en una propuesta cuyos ejes serán el respeto al librecomercio y la actividad privada.
Aunque el plan aún no está pulido, Vicente dio algunas pautas de cuáles son las ideas que lo inspiran, empezando por la de organizar discusiones salariales “por sector”. De ese modo, el hombre de Pérez Companc desestimó la conveniencia de un ajuste general y, mucho menos, resuelto con la intervención estatal.
“El país ha llegado al piso y debería mejorar de aquí en adelante”, sentenció el presidente de AEA durante la conferencia de prensa ofrecida luego de la entrevista con Duhalde. Pero para que el presunto despegue se concrete, “las autoridades deberían corregir distorsiones económicas que acarreó la devaluación del peso. Los argentinos necesitamos poder confiar en nuestra moneda y el Estado debe crear las condiciones para lograrlo”.
El vocero empresario no detalló cuáles son esas condiciones, sin pronunciarse acerca de si prefieren un tipo de cambio fijo y, en tal caso, anclado de qué manera. Pero descartó que la AEA esté presionando por un seguro de cambio, tal como sugirió Vicente en más de una ocasión. El propio día en que la Asociación fue presentada en sociedad, reiteró su idea de que las deudas externas en dólares que tienen las empresas son uno de los problemas más serios, que el Estado debe ayudar a resolver.
Entonces, especulaba con que el Tesoro pudiera emitir un bono que compensara a las empresas por la diferencia cambiaria entre el 1 a 1, tipo de cambio vigente en el momento de contraer la obligación, y el valor del dólar en el mercado libre, vigente en el momento de cancelar cada cuota de su crédito externo. Ayer, sin embargo, el hombre de Pérez Companc aclaró que “las deudas de las empresas privadas deben ser resueltas por las empresas privadas”, intentando ahuyentar la idea de que los grandes empresarios demandan subsidios.