Ventas de jugadores vía Uruguay o Suiza, operaciones que se anuncian por montos multimillonarios pero que en los libros de los clubes aparecen registrados por valores muy inferiores, particulares dueños de pases que no incluyen en sus declaraciones impositivas los beneficios por estas transferencias son algunos de los componentes de un complejo mundo de negocios que despertó las sospechas de la AFIP. A partir de ahora, existirá un Régimen Informativo del fútbol profesional en el cual deberán inscribirse los nombres de quienes tienen derechos económicos sobre los pases y los resultados de las transferencias. Así, el organismo de fiscalización aspira a controlar y combatir las maniobras de evasión o de lavado de dinero que pudieran existir detrás de estas operaciones.

El tema viene ventilándose desde el fin de semana, pero recién ayer se formalizó la creación del registro de venta de jugadores, a través de la

Resolución 2182 publicada en el Boletín Oficial. La norma obliga a quienes intervienen en el mercado de pases a informar sobre los movimientos operados y su situación a partir de marzo de 2006. Es decir, que habrá un seguimiento retroactivo y un análisis de las operaciones megamillonarias concretadas durante el año pasado. Entre ellas, los pases de Carlos Tevez y Javier Mascherano o los más recientes de Fernando Gago y Gonzalo Higuaín.

Los derechos federados de un jugador que salía de Inferiores, se lucía al llegar a Primera y se vendía a un club grande del país o al exterior, beneficiando con una cifra millonaria al club de origen, pasó a ser una historia romántica del pasado. O una excepción en el panorama actual. Hoy, lo usual es que aparezcan empresarios comprando anticipadamente el pase (o un porcentaje) de un jugador, que seguirá jugando en su club hasta que se concrete la transferencia. Al concretarse ésta, lo obtenido se reparte entre dueños del pase, intermediarios, gestores, representantes y otras figuras poco transparentes de manera inexplicable.

Muchas veces aparece intermediando un tercer club, que no es el de origen ni el de destino del jugador, que compra y vende, en un corto lapso o instantáneamente, al jugador del que no conocerán en persona ni la pisada. Hace unos años, esas operaciones se hacían vía Uruguay. Hoy es más común hacerlo a través de Suiza. La intención puede ser evadir el pago de impuestos disfrazando la operación o, directamente, ocultar el origen de los fondos intervinientes mediante maniobras que lleven a perder la trayectoria que realiza el dinero entre las puntas.

Alberto Abad, titular de la AFIP, apuntó sus sospechas sobre estas operaciones y sus participantes. “Cada uno puede gastar su plata como quiera, pero lo que necesitamos saber es si ese dinero que se invierte en un jugador está debidamente declarado”, declaró este último fin de semana. “Hay muchas operaciones que no se informan, otras que se declaran sólo parcialmente o se hacen con plata negra; así se facilita el lavado de dinero o se pagan comisiones que no figuran en ningún registro”, advirtió. Estimó que los ingresos de los clubes de fútbol en la Argentina se acercan a 160 millones de dólares anuales, de los cuales la mitad se origina en las ventas.

Los datos que deban suministrar los clubes, intermediarios y otros participantes en las operaciones de transferencias tendrán carácter de declaración jurada y se presentarán por períodos semestrales. La información correspondiente al período 1º de marzo al 31 de agosto de 2006 deberá ser, con carácter de excepción, proporcionada por la AFA.

Los clubes deberán informar quiénes son los dueños de los pases de sus jugadores y los porcentajes que le corresponderá a cada uno en caso de venta. De este modo, la AFIP podrá hacer el seguimiento sobre el origen de los fondos –si los titulares de participaciones tenían declarados los fondos que invirtieron en la compra– y sobre los que obtengan por la transferencia.

La norma también establece que se deberán informar sobre quienes hubieran actuado como intermediarios o gestores de las operaciones, aun cuando se trate de transacciones entre clubes. Además, deberá especificarse las deudas con sujetos del país o del exterior por la compra de derechos económicos, derechos de uso o préstamos en dinero por fuera del sistema financiero. Este ítem se vincula, directamente, con la intención de controlar lo que, en balances de muchos clubes, aparece como ingresos por ventas anticipadas de jugadores u otros conceptos que, se sospecha, podrían estar ocultando situaciones de quiebra o bancarrota. Una maniobra tristemente conocida en el mundo, porque fue la que desató el escándalo Enron en Estados Unidos por estafar a sus accionistas.