Los empleados del Banco Nación resolvieron levantar el paro por 48 horas previsto para ayer y hoy en demanda de mejoras salariales y profesionales. La decisión se produce en medio de una confusa situación en la que, por un lado, la conducción nacional del gremio, encabezada por Juan José Zanola, dispuso suspender por “inconducta gremial” a quienes siguieron impulsando el paro a pesar del acuerdo alcanzado por La Bancaria con la entidad. Y por otro lado, la versión dada por un miembro de la comisión gremial interna, Hugo Dessal, según el cual “el levantamiento de las medidas de fuerza fue dispuesto por un plenario de base, ante la brutal represión que ejerció sobre los trabajadores personal de seguridad de esta institución”.

Otras fuentes del personal, ligadas a las delegaciones del interior –con activa participación en una decena de paros que se escalonaron a lo largo de la pelea–, aseguraron que la explicación es que “ni Zanola ni Dessal lograron manejar el conflicto”. El plenario desconoció el acuerdo firmado por Zanola, pero a última hora del miércoles decidió levantar el paro como forma de salir de una desgastante situación, pero con la idea de volver a la lucha en 15 o 20 días. Frente al desmanejo, Zanola le aplicó la sanción a Dessal, cuya explicación de lo sucedido en el plenario tampoco es compartida por los delegados del interior.

Los dos reclamos centrales del personal, la devolución de lo que se les descuenta por impuesto a las Ganancias y la jerarquización del personal, fueron “resueltos, pero mal repartido”, aseguran. “Se compensó más a los que más ganan y menos a los salarios medios”, en el primer caso, y en la jerarquización acusan a la conducción gremial de “haber convalidado un método de suma fija que es totalmente arbitrario” y que, también, favoreció a los salarios más altos.