Miércoles, 8 de agosto de 2007 | Hoy
Por la renovación de deuda de corto plazo, el BCRA convalidó una tasa de 2,0 a 2,5 por ciento más. La FED no tocó la tasa.
En una declaración que sorprendió a los financistas, la Reserva Federal (banca central estadounidense) señaló que, más que las actuales turbulencias en los mercados financieros, su máxima preocupación es la inflación. Por ese motivo ayer mantuvo sin cambios la tasa de interés de corto plazo sin cambios, en el 5,25 por ciento anual, y no ofreció ninguna señal de que la bajará en un futuro cercano. En Wall Street y Europa, los precios de los bonos y de las acciones cerraron con ganancias, mientras que la Argentina acompañó esa tendencia. El dólar terminó en 3,17 pesos para la venta sin que ni el Central ni los bancos públicos tuvieran que vender billetes verdes. Este clima financiero más calmo no impidió que el BC pagara un costo más alto para refinanciar su deuda.
Después de una semana de haberse mantenido al margen del mercado, Martín Redrado volvió ayer a licitar Letras y Notas. Son los títulos que sirven para esterilizar los pesos emitidos para comprar dólares. Los bancos que intervinieron en la operación, en su gran mayoría públicos, le reclamaron tasas de interés más caras. Por una colocación de 616 millones de pesos de Lebac a 35 días, el Central tuvo que afrontar una tasa del 10,2 por ciento anual. Y pagó el 10,6 por ciento en la colocación de 400 millones de Lebac a 98 días. La última vez que había salido al mercado, en la última semana de julio, el costo pactado había sido del 8,06 por ciento para una Lebac a 56 días, y del 8,1 por ciento para una Letra a 154 días. Es decir, ahora –en medio de la agitación de los mercados– se vio obligado a abonar entre 2,0 y 2,5 puntos adicionales internacionales.
Este resultado empezó a sincerar lo que ocurrió con la tasa interbancaria, que en las últimas semanas saltó del 9,00 al 12,25 por ciento anual, y con el rendimiento de los plazos fijos superiores al millón de pesos, que ya se sitúa por encima del 10 por ciento anual.
Para quitar nerviosismo y volatilidad a los mercados internacionales, la apuesta de los grandes bancos de inversión de Wall Street consistía en que Ben Bernanke, titular de la FED, dejaría intacta la tasa de interés, pero abriendo la posibilidad a una baja para antes de fin de año. Pero Bernanke y los otros nueve miembros del directorio de la FED tomaron otro camino. “Aunque los riesgos de una desaceleración del crecimiento han aumentado en cierto grado, la preocupación predominante de política del Comité sigue siendo el riesgo de que la inflación no se modere como se esperaba”, sostuvo el comunicado de la Reserva Federal.
A pesar de que la FED dejó con las manos vacías a quienes se habían entusiasmado al menos con una señal sobre una futura baja de la tasa, las bolsas terminaron con signos positivos. El índice Dow Jones avanzó 0,3 por ciento y el tecnológico Nasdaq, el 0,6. En tanto, San Pablo subió 1,3 por ciento y el MerVal, el 0,6. En cuanto a los títulos públicos, hubo mayoría de subas, de hasta el 2,3 por ciento, y ése fue el caso del Par en dólares. Tanto en Wall Street como en la city porteña creen que, más allá de la buena onda de ayer, las turbulencias continuarán, ya que todavía no está claro cuál será el impacto de la crisis del mercado de las hipotecas en la economía de los Estados Unidos.
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