Los cortes de energía eléctrica que todavía afectan a grandes usuarios tienen fecha de expiración. El servicio quedará normalizado el próximo lunes 27, aunque previamente habrá una reducción gradual de las restricciones con un cronograma que arranca en tres días. Así lo revelaron anoche fuentes del Ministerio de Planificación. El titular de esa cartera, Julio De Vido, lo había anticipado a principios de semana en la conferencia del Consejo de las Américas. “Vamos a esperar hasta que ocurra”, dijo ese día un importante industrial a este diario, escéptico con el anuncio. Sin embargo, ahora el Gobierno termina con las dudas al poner plazo al levantamiento de las interrupciones de servicio.

Desde la cartera de De Vido indicaron que a partir del próximo lunes, y hasta el domingo 19 de agosto inclusive, las restricciones –que se extienden actualmente entre las 16 y las 24– se cumplirán entre las 18 y las 22 y se liberarán 400 mw de potencia. Mientras que el lunes 20 y hasta el domingo 26 de agosto inclusive, los cortes se mantendrán entre las 18 y las 22, y se liberarán otros 200 mw de potencia adicional, con lo cual el ahorro efectivo se restringirá a sólo 600 mw frente a los 1200 mw actuales. El lunes 27, finalmente, no habrá más cortes programados. El anuncio se produjo en un día especial para Planificación, que arrancó con la renuncia de uno de sus funcionarios, Claudio Uberti, por el escándalo de la valija en Aeroparque.

De Vido indicó en la conferencia aludida que la mejora en la situación energética se relaciona con el aumento de producción de las represas hidroeléctricas. El impacto de las restricciones en la economía resultó inferior a lo pronosticado por consultores y especialistas de la city. Los problemas de abastecimiento tampoco llegaron a alcanzar la magnitud advertida por los más pesimistas, que señalaban que existía el riesgo de cortes a usuarios residenciales. Los problemas, por otra parte, también superaron las proyecciones oficiales. El Gobierno, ante la evidencia de que hubo que cortar algunos servicios, lo atribuyó a las condiciones climáticas y a la expansión del consumo por el crecimiento económico. Negó imprevisión o falta de decisión para obligar a las empresas a invertir.

Ayer se conocieron datos vinculados con el mercado del gas que dan crédito a la versión del frío. La suerte que tuvo el Gobierno en materia climática los primeros tres años de gestión se dio vuelta de manera radical en el último. La intensidad y la persistencia de la ola de frío provocó un aumento geométrico de la demanda de gas de los usuarios residenciales, lo que puso en evidencia los déficit de producción e infraestructura para hacer frente al crecimiento global del consumo. En consecuencia, el Ministerio de Planificación se vio obligado a interrumpir el suministro a vehículos propulsados a GNC y a usuarios industriales y comerciales. Entre mayo y julio, el incremento de la demanda residencial promedió el 38,6 por ciento con respecto al mismo trimestre de 2006.

Sólo en el área de Gas Natural Ban, la suba del consumo residencial fue del 50 por ciento en el período. La empresa precisó que la demanda saltó de un promedio diario de 7,4 millones de metros cúbicos en el invierno de 2006 a 11,2 millones este año. Por su parte, en el área de MetroGas los consumos crecieron 36 por ciento. En el caso de Camuzzi Gas Pampeana, la demanda creció 30 por ciento.

En la región metropolitana se registraron condiciones climáticas muy particulares este año, ya que el mes de mayo fue el más frío de los últimos 50 años. En tanto, el último junio fue el más frío de los últimos 10 años. A ello se agregó la nevada del 9 de Julio, lo que constituyó otro incentivo para “subir la calefacción”.