ECONOMíA
“Me quedo por el pedido del PJ”
Debilitado y procesado, Aldo Pignanelli, presidente del Banco Central, informó que por ahora no se va. Tregua inestable.
“Tengo más ganas de irme que de quedarme, pero respondo a lo que me pida el Partido.” Con esta frase, Aldo Pignanelli les transmitió ayer a los directores del Banco Central la razón que lo llevó a cambiar de idea y mantenerse, por ahora, al frente de la autoridad monetaria. Anteanoche, Eduardo Duhalde había apelado a su condición de peronista para convencerlo de que siguiera en su puesto. Aunque, al mismo tiempo, le reclamó que bajara los decibeles en su pelea con Roberto Lavagna. Una sugerencia que también le hizo llegar al ministro de Economía. Pignanelli obedeció de inmediato: postergó sin fecha un viaje a Washington para no irritar a Lavagna y puso a trabajar a los funcionarios del Central en una medida que viene reclamando Economía: la puesta en marcha de las cuentas bancarias “libres” del corralito.
El pedido de Duhalde debe enmarcarse en las negociaciones con el Fondo Monetario. En la Casa Rosada están preocupados de que la fuerte pelea entre Pignanelli y Lavagna termine empantanando las negociaciones con el organismo. En este contexto, el jefe del BCRA no quiere aparecer como el culpable del fracaso con el Fondo y decidió postergar sin fecha su viaje a Estados Unidos. La programación del vuelo a Washington había molestado a Lavagna. “Es mentira que Pignanelli quisiera llevar adelante negociaciones paralelas. Los encuentros pactados eran estrictamente técnicos”, dijeron voceros del Central a este diario.
La reunión de Directorio fue maratónica: empezó a las once de la mañana y finalizó recién a las cinco y media de la tarde. No bien empezó el encuentro, Pignanelli puso al tanto a sus colaboradores sobre las charlas mantenidas la noche anterior con Duhalde, por teléfono, y con el jefe de Gabinete, Alfredo Atanasof, durante una cena que ambos compartieron. “No quiero entorpecer, me voy”, le dijo al jefe de Estado. En ese momento, Duhalde le pidió que hiciera el “sacrificio” de permanecer en el cargo, apelando al sentimiento partidario que ambos comparten. Ayer, frente a sus colegas en el Directorio, Pignanelli dijo que se quedaba no por un reclamo del Presidente –una fórmula habitual para estas ocasiones– sino por un expreso pedido del “Partido” (Justicialista). Este último hecho fue un fiel reflejo del enojo de Pignanelli con Duhalde, después de que el Presidente desautorizara al Banco Central el último viernes, en medio de la pelea con Economía.
Durante su discurso frente a los directores del Central, Pignanelli mencionó dos causas que, durante el último mes, lo decidieron a explicitar su voluntad de renunciar frente a Duhalde y al Jefe de Gabinete: la muy deteriorada relación que mantiene con el ministro de Economía y la supuesta falta de independencia del BC. Respecto de este último punto, definió: “La independencia del Banco Central es como la democracia: siempre es buena. No quisiera convalidar, con mi permanencia, un avasallamiento permanente de este precepto”, manifestó Pignanelli. Tal afirmación no sólo está relacionada con un obvio afán de defender lo propio. La independencia del Central es uno de los reclamos más fuertes del FMI y, desde que asumió al frente de la entidad monetaria, Pignanelli hizo suyos los pedidos del organismo.
Fuentes del Central comentaron a Página/12 que Pignanelli se quedará en caso de que se mantenga “la buena convivencia” con Economía. Para demostrar la voluntad de buena conducta, ayer en el BCRA se pusieron a trabajar en la implementación gratuita y obligatoria de un mecanismo para que se puedan hacer depósitos y transferencias de fondos entre las cuentas libres, una medida alentada desde el Palacio de Hacienda, y que formó parte de los reproches lanzados por Lavagna durante el último contrapunto con el titular del Central. La decisión de seguir adelante con esta iniciativa refleja la postura del BCRA de dar por terminado este round con el ministro de Economía. Pero, al mismo tiempo, algunas fuentes de Reconquista 266 son pesimistas: creen que tarde o temprano se reflotará la pelea y Pignanelli se bajará del ring.