EL PAíS › DESPROCESAN OTRA VEZ A UN ACUSADO POR MONETA
Un duelo entre juez y Cámara
Por Susana Viau
La Cámara del Crimen revocó por segunda vez el procesamiento de Jorge Macchi, desarrollista del Edificio República, construido por Raúl Moneta y sede de Telefónica de Argentina. Macchi había sido acusado de extorsión por Moneta a través de su hombre de confianza, el abogado Alberto Petracchi. En relación a esta causa, el juez de instrucción Ismael Muratorio sostiene desde hace tiempo un duelo con sus superiores –la Cámara–: en varias oportunidades ha procesado al desarrollista, quien otras tantas fue liberado de los cargos por el tribunal de alzada.
Ahora, después de pasar una larga temporada en el edificio donde sesiona la Cámara, en la calle Viamonte, el expediente regresó al juzgado disponiendo la revocación de la medida dictada por Muratorio. La resolución lleva la firma de dos de los integrantes de la Sala VI del tribunal, Carlos Alberto Elbert y Luis Ameghino Escobar, ya que el tercero, Carlos González, se encuentra con licencia. La Sala indica que no se han aportado nuevos elementos que justifiquen el reprocesamiento del imputado. Con anterioridad, la cámara lo había declarado nulo por entender que los argumentos aportados por Muratorio no resultaban suficientes para probar el delito denunciado. Persistente, Muratorio volvió a inculpar prima facie a Macchi.
El desarrollista fue a principios de los ‘90 un hombre de confianza de quien por entonces empezaba a perfilarse como un financista de éxito. En ese tiempo y mediante un canje de acciones, Moneta obtuvo de Bunge & Born el predio ubicado en la avenida Madero. El ex banquero contrató a Macchi, un conocido desarrollista de plaza que había trabajado para Pedro & Antonio Lanusse, para que tomara a su cargo la construcción del edificio que no sólo sería sede de Telefónica sino del embrionario CEI. Macchi se incorporó así a República Construcciones, rama inmobiliaria del Grupo Moneta. En calidad de encargado de llevar a cabo el negocio, Macchi contrató para diseñar el proyecto al famoso arquitecto tucumano residente en Nueva York, César Pelli. La obra la llevó a cabo uno de los más prestigiosos estudios locales: el de Mario Roberto Alvarez. Macchi pactó con Moneta honorarios por 3 millones de dólares, mientras lo asesoraba en otros emprendimientos, como por ejemplo el de instalación de una modesta versión de Disneyworld en La Rural.
No obstante, de acuerdo a los reclamos que Macchi realizó ante la Justicia, el pago no sólo no se efectivizó sino que el monto y la relación comercial que lo unía al desarrollista fueron desconocidos por el actual ex banquero. En paralelo, Moneta, a través de su abogado y amigo Alberto Petracchi, presentaba ante Muratorio contra Macchi una denuncia por extorsión. Aportaba para ello grabaciones de conversaciones telefónicas y cintas de videofilmaciones a las que el ex banquero suele ser afecto. En ellas, de acuerdo a la opinión de los denunciantes, Macchi amenazaba a Moneta con apelar a los medios de información. Muratorio –un juez que había sido duramente cuestionado por la opinión pública a raíz de haber sobreseído a casi todos los jueces federales del cargo de enriquecimiento ilícito– coincidió con el punto de vista de los denunciantes. Pero esa postura no fue compartida por la Cámara, que consideró que tales elementos probatorios no eran contundentes y que, en buen romance, no extorsiona quien quiere sino quien puede. Para los camaristas resultaba evidente la diferencia de poder económico y social existente entre el desarrollista y el ex banquero.
Muratorio volvió a la carga, aceptando la validez del testimonio de un arquitecto que acabó siendo un empleado de Moneta. Y la historia volvió a repetirse. Hace unos días la Cámara se pronunció revocando una vez más la decisión de Muratorio. El ex banquero se ha encontrado en esta ocasión conuna resistencia mucho mayor que la que ha solido ofrecerle el fuero federal.