EL PAíS
La reactivación sigue sin salir de compras
Pese a las optimistas observaciones oficiales, no hay signos que marquen un cambio de tendencia en el ciclo ni en los shoppings ni en los supermercados. Se acentúa la brusca caída de ventas. En los súper, el derrumbe no hace diferencia entre rubros.
Por Raúl Dellatorre
No hay reactivación ni demanda contenida. La percepción de la conducción económica sobre la existencia de signos de recuperación de la actividad económica en los últimos dos meses no se corrobora en las cifras de consumo. La estabilidad del dólar en el mismo período y la relativa tranquilidad en los precios internos tampoco parecen haber incidido para un regreso del público a los shoppings, supermercados y autoservicios. Antes que una demanda contenida, son cada vez más evidentes los síntomas de una demanda reducida, pulverizada por falta de ingresos. Y todavía no se empezaron a cobrar las nuevas tarifas, que reducirá aún más el ingreso disponible en los hogares.
Las ventas físicas en supermercados –por cantidades de productos, sin importar precios o marcas– cayeron en julio un 27,6 por ciento con respecto al mismo mes del año anterior. No es un fenómeno puntual ni una curiosidad estadística, ya que en los tres meses precedentes las ventas ya se habían desplomado entre el 27,9 y el 28,5 por ciento en la comparación interanual. De los últimos quince meses, en catorce se observaron bajas en las ventas con respecto al mes inmediato anterior (la única excepción es la de enero de este año contra el caótico diciembre del año pasado). Así se llegó a que julio de este año resulte el mes de menor volumen de ventas de los últimos seis años, con una baja del 12 por ciento con respecto al promedio mensual de 1997 y de casi el 30 por ciento con relación al ya lejano año 2000.
Los resultados de las ventas en los shopping centers también muestran para julio una caída del 27,3 por ciento. En el caso de estos grandes centros de compra, el último fue el decimosexto mes consecutivo de caída en las ventas con respecto al mismo mes del año anterior. Y las bajas, desde diciembre en adelante, oscilaron entre las nada moderadas proporciones del 20 al 40 por ciento.
¿De qué se priva la gente que habitualmente concurría a los shoppings? Conforme a los resultados de la encuesta del Indec por rubro, el renglón de “Electrónicos, CD y electrodomésticos” fue el que sufrió en mayor proporción el recorte de presupuestos, que se reflejó en una caída del 73,5 por ciento. Por tratarse de un rubro dominado por artículos importados, la variación de precios fue mayor que en otros (95 por ciento de aumento en el último año), pese a la falta de compradores. También caen fuerte las ventas en el rubro Amoblamiento (44,1 por ciento), Juguetería (36,3) y “Perfumería y farmacia” (32,3), productos cuyos precios crecieron en torno a un 60/70 por ciento anual por la devaluación.
¿Qué es lo que sigue consumiendo el público que todavía conserva cierto poder adquisitivo? Claramente, hubo una respuesta muy activa al comportamiento de los precios. Teniendo en cuenta de que se trata de un sector social que puede “elegir” entre comprar o dejar de hacerlo, es evidente en las cifras que por un lado la demanda “castigó” a los productos que aumentaron y “privilegió” mantener los hábitos por productos o servicios que mantuvieron sus precios o subieron poco. Es el caso del rubro “Diversión y esparcimiento” (cines y juegos electrónicos), donde a una baja en el precio del 5 por ciento en un año (precio promedio), el público respondió manteniendo el nivel de concurrencia e incluso observando una suba (junio contra el año pasado) del 3,5 por ciento.
Aunque con similar resultado general (medido por la caída de ventas), en súper e hipermercados se nota que los padecimientos de los consumidores no reconocen diferenciación entre unos rubros y otros. “Alimentos y bebidas” representa las dos terceras partes de las ventas en este tipo de establecimientos, pero las caídas más significativas en la demanda como los mayores saltos en los precios fueron protagonizados por otras franjas de productos. “Electrónicos para el hogar” tuvo subas en sus precios del orden del 85 por ciento respecto del año pasado, que se reflejó en una caída del 40 por ciento en sus ventas. El informe del Indec no lo dice,pero vale señalar que los electrodomésticos vendidos en estos locales son habitualmente ofertas de segundas marcas con precios muy inferiores a los de plaza. En la crisis, estos productos han perdido su atractivo tanto por precio como por incapacidad económica de sus potenciales compradores.
En “Indumentaria y calzado”, los precios crecieron en un 40 por ciento y las ventas cayeron en un 44 por ciento. El rubro “Alimentos y bebidas” observó, según el Indec, una caída en ventas del 23 por ciento, frente a un aumento de precios del 55 por ciento. No le fue mejor a Artículos de limpieza y perfumes, que perdieron un 32 por ciento de demanda en las góndolas mientras que sus precios fueron remarcados en un 84 por ciento.