El jefe de Gabinete, Alberto Fernández, descartó ayer razones para que suba el precio o haya desabastecimiento de combustible y atribuyó a “una campaña mediática” las información difundida sobre estas dos cuestiones. Según la visión del funcionario, la referencia a la escasez o encarecimiento de los carburantes es una reacción adversa a la suba de retenciones que acaba de disponer el Gobierno.

“Todo es presión, no es otra cosa. La verdad es que yo no encuentro que haya desabastecimiento”, descartó el jefe de Gabinete. Esta visión está a tono con los comunicados difundidos el miércoles por Repsol YPF y Petrobras, que sostuvieron estar haciendo monitoreos constantes para evitar fluctuaciones en el precio de los combustibles. Pero resulta más distante de lo que manifestó la refinadora Esso, que justificó los graduales ajustes en un incremento de los costos.

“En el transcurso del 2007 los precios sugeridos de los combustibles de Esso en su red de comercialización han tenido variaciones cuyo único objetivo fue mantener una rentabilidad estable tanto para nuestra empresa como para los expendedores que comercializan bajo nuestra marca”, indicó la compañía.

“Puede haber ocurrido que alguna empresa haya variado los precios, pero no en la dimensión como el petróleo subió en el mundo”, defendió Fernández, quien estimó que los precios internos de los combustibles “deberán, por lo menos, mantenerse: no hay motivo para aumentos”, aseguró.

La presunta campaña mediática sería una eventual reacción de las petroleras al incremento de las retenciones que dispuso el Gobierno días atrás y que afecta tanto al crudo como a las naftas. “Hay que adecuar las retenciones a los precios internacionales porque no hay razón para que los argentinos paguen en dólares servicios que se producen en pesos”, sostuvo el funcionario. “Las retenciones tienen un sentido equilibrador y responden a una lógica del Gobierno que no se va a alterar”, precisó, sugiriendo que no habrá modificaciones bajo la gestión de Cristina Kirchner.