Viernes, 18 de enero de 2008 | Hoy
El objetivo del plan será alentar la demanda para evitar que la economía ingrese en recesión, instancia que es descontada por la mayoría de los financistas. Pérdidas millonarias de Merrill Lynch.
Ni siquiera la oficialización de que George W. Bush lanzará un paquete de medidas para estimular la economía en las próximas horas logró frenar el derrape en los mercados financieros. Nuevas evidencias de que Estados Unidos se encamina hacia un ciclo recesivo profundizaron el pesimismo de los inversores. Ben Bernanke, titular de la banca central estadounidense, que se mostró a favor de la iniciativa y dio a entender que se viene una baja de la tasa de interés, tampoco pudo quitarle dramatismo a la situación. Por lo pronto, el banco de inversión estrella de Wall Street, Merrill Lynch presentó un balance trimestral con un quebranto de 9800 millones de dólares.
En Wall Street, el Dow Jones cayó por tercera jornada consecutiva. Ayer perdió 2,5 por ciento mientras que el tecnológico Nasdaq lo hizo en un 2,0 por ciento. En Buenos Aires, el MerVal bajó 2,6 por ciento y la bolsa de San Pablo cedió el 3,0 por ciento (ver aparte).
El discurso de Bush está pautado para las tres de la tarde de hoy. “Propondrá medidas efectivas, temporarias, de crecimiento y expondrá sus principios sobre cuál debe ser la forma efectiva (de encarar el problema) y ayudar a la economía a que atraviese este momento”, dijo el portavoz de la Casa Blanca Tony Fratto. Y agregó que el jefe de Estado delineará su estrategia pero que “no hay que esperar números”. Bush aprovechó la jornada para reunirse con el secretario del Tesoro, Henry Paulson, y junto a éste habló con la presidenta de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi y con los líderes de la mayoría y minoría de ambas Cámaras. No bien formule el anuncio, el paquete será enviado al Congreso para su aprobación.
La Casa Blanca evitó dar detalles de las medidas, pero en las últimas semanas ya había trascendido que Bush había consensuado con Bernanke estímulos fiscales, de manera de darle liquidez a la economía, apuntalar el consumo y las decisiones de inversión, y evitar la caída en un pozo recesivo de la principal economía del mundo. Había trascendido que el presidente haría anuncios el próximo día 28 durante su discurso de la Unión. El adelantamiento de la fecha, especulaban en Nueva York, podría indicar que la crisis es más grave que lo pensado.
Bernanke adhirió a la propuesta del Ejecutivo pero de manera condicionada. “Una estimulación presupuestaria y monetaria podría aportar un sostén más amplio de la economía que solamente las bajas de las tasas”, afirmó. Incluso mencionó que las medidas deberían aplicarse “inmediatamente” y que su puesta en marcha podría ser “crucial”, lo que da una idea de la preocupación de los funcionarios por la severidad de la crisis. No obstante, aclaró que esa flexibilidad debería mantenerse sólo durante un plazo breve de tiempo, y siempre y cuando “no comprometa la disciplina presupuestaria de largo plazo”.
El jefe de la Reserva Federal dio un discurso en la Comisión de Finanzas del Congreso. “A la vista de los cambios recientes de las perspectivas económicas y de los riesgos para el crecimiento, medidas suplementarias de recorte de las tasas de interés podrían ser necesarias”, estimó. Las últimas encuestas en Wall Street mencionan que la baja del costo del dinero sería de medio punto, al 3,75 por ciento anual. Sin embargo, en los mercados de futuro también hay apuestas por un abaratamiento de tres cuarto de punto en la próxima reunión de directorio de la Fed. O incluso antes, fuera de agenda.
Unas horas antes de que saliera a hablar Bernanke, a primera hora de la mañana, se divulgaron nuevos datos dando cuenta de un empeoramiento de la marcha económica.
- Los pedidos de seguro de desempleo de la última semana treparon a 2,7 millones de personas. Fue el nivel más elevado desde noviembre de 2005. El indicador se condice con un aumento en la tasa de desocupación, tendencia que ya fue revelada un par de semanas atrás, en la última medición oficial.
- El índice que mide la actividad industrial de Filadelfia, tomado como referencia del sector, arrojó una brutal caída del 20,9 por ciento en el último mes. Los analistas de Wall Street habían predicho un descenso, pero mucho menor, nunca superior al 1,5 por ciento.
- El inicio de nuevas obras de construcción mostró una severa contracción, del 24,8 por ciento para todo 2007, como un fiel reflejo de la situación crítica de ese sector, que se contagió al resto de la economía.
- El banco de inversiones Merrill Lynch se sumó al lote de entidades financieras castigadas por la crisis en los créditos de baja calidad (subprime). Ayer admitió un quebranto de 7800 millones de dólares durante 2007, la mayor parte reportada durante el último trimestre del año. Como ocurrió con otras entidades financieras, Merrill también tuvo que ser capitalizada por inversores extranjeros.
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