El rendimiento que obtuvo el Banco Central por la inversión de las reservas internacionales ascendió en 2007 al record de 2767 millones de dólares, equivalente a una ganancia del 7 por ciento anual. “Es el nivel más alto alcanzado en los últimos años”, destacó la autoridad monetaria en un informe que publicó ayer. Este resultado, que en términos nominales superó en casi dos veces el alcanzado el año anterior, “se explicó no solamente por el importante crecimiento que tuvieron las reservas, sino además por la mejora de 200 puntos básicos con respecto al rendimiento obtenido durante 2006”, señaló la entidad que preside Martín Redrado.

El Central precisó que sobre los 2767 millones de dólares de ganancias, 1983 millones correspondieron al resultado generado por los bonos y las colocaciones a plazo. Los 783 millones de dólares restantes obedecieron a la revaluación que tuvieron las posiciones en monedas diferentes del dólar, como el euro y el oro, que fueron las que más se apreciaron con respecto al billete verde.

La entidad agregó que durante 2006 el resultado en dólares de las reservas internacionales había sido estimado en 1401 millones, equivalente a un rendimiento de 5 por ciento anual, de los cuales 403 millones habían sido aportados por la revaluación de la canasta en monedas diferentes al dólar. Según el informe, durante el primer semestre de 2007 el Central “se posicionó de manera más significativa en la curva de rendimiento de Estados Unidos”, lo que determinó la suba de la participación de esta cartera sobre el total de reservas internacionales, como su duración. Por lo tanto, añadió, “cuando en agosto de 2007 comenzaron las turbulencias en los principales mercados financieros internacionales, la cartera de inversiones se encontraba en una posición muy favorable”.

Ello fue así dado que el Central “no tenía exposición alguna en instrumentos o contrapartes que podían tener algún riesgo de crédito, tanto directo como indirecto, generado por los problemas en el mercado de deuda hipotecaria” ese país. Además, el BCRA “contaba con una composición que le generaba un rendimiento adicional muy importante y le brindaba un margen de flexibilidad”, de modo de “mantener en medio de esas turbulencias una estrategia más cautelosa a la habitual para la reinversión de sus reservas internacionales”.

El informe indicó que durante 2007 la autoridad monetaria mantuvo una participación activa en monedas como el euro, la libra esterlina, y el yen que, conjuntamente con el oro y el franco suizo, representan más de 15 por ciento de la cartera. La cartera en euros finalizó 2007 con un rendimiento próximo al 15 por ciento anual, sólo superado por el oro, cuya cotización subió en el año 30 por ciento. Este activo alcanzó así una cotización más de dos veces superior al precio de compra original que había pagado el BCRA.

En monedas como el euro, el Central innovó a través de la inversión en depósitos estructurados y las compras para rebalancear esta cartera se realizaron en los primeros cinco meses del año.