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El coordinador de la Comisión Renegociadora de los contratos de servicios públicos, Miguel Sanguinetti, renunció “por motivos personales”, según informó oficialmente el Ministerio de Economía. El funcionario mantenía una relación ríspida con el ministro Roberto Lavagna y su equipo. A lo largo de los cinco meses de gestión, tuvo además diversos roces con representantes empresarios de concesionarias, que le imputan más de un desplante. “Es una persona sin experiencia en esto”, señalan quienes debieron compartir más de una mesa de negociación con él. Su único antecedente conocido es el de haber sido socio en el estudio de Eduardo Ratti, el ex secretario legal y técnico del equipo de Remes Lenicov. En Economía no cayó muy bien el hecho de que renunciara justo en el momento que se abre la etapa más dura de la tarea, en la que habrá que definir los aumentos de tarifas públicas con fuerte oposición de la opinión pública. Entre los íntimos de Lavagna, se comenta que al ministro “le deben haber sentado muy bien sus años en la gestión diplomática, porque con el carácter que tenía antes de ir a Europa, por mucho menos de lo que hizo Sanguinetti a cualquier funcionario de su equipo lo hubiera tirado por la ventana del quinto piso”. Más allá de Sanguinetti, la gestión de la comisión que encabezaba viene mal barajada desde un principio, con los pasos no menos frustrantes de José Barbero y Alberto Biagosch por el mismo cargo.