Miércoles, 3 de junio de 2009 | Hoy
ECONOMíA › OPINIóN
Por Enrique Martínez *
Las organizaciones empresarias, sindicales o de cualquier otro origen corporativo son componentes necesarios y saludables del tejido social. Con el aporte de su mirada sectorial, un gobierno puede y debe configurar los diagnósticos que le marquen los errores o aciertos de su gestión y de allí pensar las correcciones.
La Unión Industrial Argentina (UIA) es el ámbito de convocatoria de las grandes corporaciones industriales del país y por lo tanto su voz debe ser tenida en cuenta en el marco mencionado. En este momento, la UIA ha concentrado su reclamo en bloquear el acceso de Venezuela al Mercosur, sobre la base de que su modelo político social es distinto al resto y su proceso de nacionalizaciones en marcha estaría perjudicando a grandes industriales argentinos. Sorprende la iniciativa, justo en el momento que la Organización de Estados Americanos (OEA), con Estados Unidos incluido, está discutiendo a fondo revertir la injusta exclusión de Cuba del organismo, que se basó en argumentos en esencia similares a los que ahora sostiene la UIA sobre Venezuela.
Pero más allá de eso, de prosperar la iniciativa, y producirse el previsible enfriamiento de las relaciones con Argentina, se provocarían algunos daños a la industria local que vale la pena exponer, aparte de la actual corriente de intercambio.
Se está completando en el INTI un relevamiento de la industria argentina de equipos para generación y distribución de energía eléctrica, solicitado por Venezuela, para atender un plan de 10 mil millones de dólares de inversión en los próximos cinco años.
Se está construyendo un ámbito de desarrollo conjunto para producir la microelectrónica que abastezca componentes para celulares, PC, televisores, que ya se están ensamblando en Venezuela.
Se prevé estudiar y avanzar en ámbitos binacionales en lo relativo a industrias para utilizar el gas natural; producir fertilizantes fosfatados; integrar la cadena de valor del aluminio aguas abajo; aprovechar los cueros vacunos, el sebo y las menudencias; utilizar la energía solar y la eólica.
Al INTI, como ente de apoyo a la industria argentina, le sería importante saber si la UIA ha hecho un análisis de costo/beneficio de sus acciones para bloquear el acceso de Venezuela al Mercosur.
Si no lo han hecho y lo hicieran, y descubrieran que la industria argentina perderá mucho más de lo que ganará, aun así quedarían varios espacios de posible reclamo al gobierno nacional, que justificarían el accionar gremial de la UIA, que me permito sugerir.
1 La UIA podría reclamar que la exportación de concentrados mineros se industrialice en la Argentina. La gran minería que actúa hoy en el país es evaluada cotidianamente por sus posibles efectos negativos sobre el medio ambiente. Pero además de eso debiera ser evaluada –y muy negativamente– porque todo el valor industrial agregado se realiza fuera del país.
2 La UIA podría reclamar que los créditos con que la Anses está auxiliando a las terminales automotrices que operan en el país tuvieran como condición colateral un importante aumento de la participación de los autopartistas argentinos en la producción de autos. El momento de apoyar a los fabricantes de componentes es justamente cuando las terminales están siendo auxiliadas financieramente.
3 La UIA podría pedir y consensuar un plan nacional de aumento de la industrialización de nuestra producción agropecuaria, con destino al mercado interno y a la exportación, con unidades de producción diseminadas por todo el país.
4 La UIA podría conocer y apoyar el plan que el INTI ha presentado a la Anses para financiar plantas de faenamiento bovino y aviar y de industrialización de leche en las zonas más pobres del Norte argentino. Este proyecto apuntala el desarrollo local, generará trabajo industrial donde hoy no lo hay y beneficiará a los fabricantes de bienes de capital argentinos.
Se podría empezar por estos cuatro frentes, a pesar de que hay varios más, donde la UIA podría actuar para fortalecer la industria argentina, sin riesgo alguno de que un análisis costo/beneficio les dé negativo. Este es nuestro humilde aporte. Si no tenemos razón, o si se puede hacer algo mejor, o efectivamente Venezuela es un peligro para el futuro nacional, al INTI al menos le gustaría entender los motivos.
* Presidente del INTI.
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