“Históricamente se pensó que la inversión en investigación básica se derrama al sistema productivo y las empresas adquieren competitividad. El conocimiento en América latina no se derrama, más bien se destila, se evapora y condensa en el Hemisferio Norte donde produce resultados”, consideró el ministro de Ciencia y Tecnología, Lino Barañao, quien remarcó que “para romper con esa dependencia estamos generando mecanismos que permitan garantizar el aprovechamiento local del conocimiento”. El funcionario encabezó ayer junto con la ministra de Industria, Débora Giorgi, un debate sobre política industrial organizado por el Instituto de estudios y formación política Gestar. Según destacó Giorgi, “sólo una industria fuerte, competitiva, con conocimiento e innovación tecnológica permitirá mantener estabilidad macroeconómica y un horizonte de crecimiento, con una distribución del ingreso más justa”.