Viernes, 6 de mayo de 2011 | Hoy
Por Fernando Krakowiak
Se consolidó como el principal grupo industrial del país con la ayuda del Estado. El combo que disfrutó Techint durante las últimas décadas incluyó subsidios, exenciones impositivas, contratos de obras públicas, protecciones arancelarias, licuación de deudas y hasta privatizaciones de activos públicos a precios de remate. Paolo Rocca aprovechó esas ventajas haciendo gala de una relación privilegiada con los distintos gobiernos, incluso con el actual. “Techint es un orgullo para los argentinos”, afirmó Cristina Fernández de Kirchner el 23 de junio de 2008 durante la inauguración de un campus educativo que la empresa tiene en Campana. Sin embargo, poco tiempo después la relación se deterioró. La reciente negativa empresaria a convalidar la designación de Axel Kicillof como director estatal de Siderar fue el factor desencadenante que terminó de exponer el conflicto. La causa que lo motivó se puede resumir de la siguiente manera: el Gobierno dice que la empresa invierte poco en el país y Techint lo desmiente y afirma que la acusación es una excusa que podría servirle al oficialismo para justificar una estatización de sus activos. Lo que ocurrió con Transportadora Gas del Norte (TGN) y con Sidor en Venezuela son dos hechos previos que ambas partes utilizan para defender sus posiciones.
- El default de TGN. El 23 diciembre de 2008 TGN anunció que no estaba en condiciones de pagar un vencimiento de deuda por 22,1 millones de pesos y lo atribuyó al congelamiento de las tarifas. La medida fue presentada en algunos medios como “el primer default corporativo de la era Kirchner”. El Gobierno interpretó la movida como una presión, porque la cifra que no se pagó era irrisoria para un grupo como Techint. Por lo tanto, decidió designar a un interventor para auditar las cuentas. La empresa, que el 9 de abril de ese año había sufrido la expropiación de su filial Sidor a manos de Hugo Chávez, dejó trascender que con esa respuesta el Gobierno daba un primer paso en la misma dirección que el líder venezolano. Desde el oficialismo, se limitaron a decir que se agitaba un fantasma para eludir responsabilidades.
- La estatización de Sidor. Techint deslizó que el Gobierno no hizo lo suficiente para evitar la nacionalización que impulsó Chávez e incluso algunos de sus voceros oficiosos dijeron que era porque simpatiza con la opción venezolana. Fuentes oficiales retrucaron entonces que fue justamente por la gestión de Cristina Fernández de Kirchner que Techint logró cobrar una indemnización de 1970 millones de dólares. Incluso sostienen que Paolo Rocca (foto) se comprometió a invertir parte del dinero en su planta de San Nicolás, pero apenas cobró un primer pago de 400 millones de dólares lo depositó en el Dresdner Bank de Alemania.
Para entender la disputa por la designación del director estatal es necesario inscribirla en esa serie. “No podría tener la audacia de decir que Argentina sigue el camino de Venezuela, pero es una preocupación que tengo”, aseguró el presidente de Ternium, Daniel Novegil, la semana pasada. Del lado oficial, insisten en que sólo es una estrategia de la compañía para victimizarse y le exigen que invierta más para demostrar con hechos su compromiso nacional.
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