Tullio Zembo, abogado de los bonistas italianos que aceptaron el canje en 2010, se manifestó de acuerdo con el envío de un proyecto al Congreso para reabrir el canje, aunque consideró que “debió hacerse antes de la sentencia” del tribunal de Nueva York y no como su consecuencia inmediata. Además, expuso su preocupación por la propuesta de cambio del lugar de pago de los bonos a los acreedores que aceptaron los canjes anteriores. “Es un trámite muy difícil, no se comprende; es un cambio en las condiciones de pago que, de hecho, significaría entrar en default técnico; se corre el riesgo de mellar la confianza en el país, cosa que por cierto no deseo”, advirtió.

Zembo recordó que ya en diciembre de 2012, cuando se dictó el embargo sobre cuentas argentinas de pago a bonistas en Nueva York, él había señalado a Página/12 la conveniencia de reabrir el canje. “Es un gesto que abre una oportunidad de negociación con quienes no entraron; con la ley cerrojo vigente (la que cerraba el anterior canje en forma definitiva) es imposible estar negociando”, señaló, con la lógica y la experiencia de quien defendió a tenedores de bonos argentinos en default. Aunque, como gesto, entiende que hubiera sido más conveniente plantearlo antes de que, el viernes pasado, se conociese el fallo adverso a la Argentina.

En cuanto a la propuesta de cambiar el lugar de pago, trasladando la sede de Nueva York a Buenos Aires, Zembo sostuvo que “puede plantear un problema: modificar una de las condiciones equivale a un default técnico. La sentencia del tribunal de Nueva York está congelada. Por ahora, el problema no existe, y la propuesta puede hacer ruido y mellar la confianza”.