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El jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, cuestionó ayer por la mañana un eventual aumento de la incidencia del Impuesto a los Bienes Personales. “Es el Gobierno que más impuestos cobró en la historia argentina”, se quejó, sin aportar mayores precisiones. “Cada vez le demanda más a la ciudadanía y claramente la está asfixiando”, agregó. En rigor, la estructura tributaria nacional no sufrió grandes cambios desde 2003, mientras que en la ciudad de Buenos Aires se produjeron fuertes aumentos en el ABL (más del 1200 por ciento) y en las alícuotas de Patentes, Sellos e Ingresos Brutos. Además, el PRO autorizó incrementos de más del 600 por ciento en peajes de autopistas urbanas, del 218 por ciento en subtes –sin considerar el ajuste que se proyecta para este año, a 4,50 pesos–, más de 250 por ciento en los taxis y otro tanto en el costo de los estacionamientos.

“A este gobierno no hay recurso que le alcance”, dijo Macri sobre la administración de Cristina Fernández. “La inflación es una demostración de la pésima capacidad de gestión del gobierno nacional. Es el que más impuestos cobró en la historia argentina, y no les alcanza”, agregó. No hizo ninguna mención a los reiterados aumentos impositivos en su distrito. El presidente del Banco Ciudad, Rogelio Frigerio, se sumó en la misma línea que su jefe. “Este gobierno es el que más gastó en la historia de la Argentina y también ha sido el que más aumentó la presión tributaria”, dijo. El economista estimó que la presión fiscal “llega al 40 por ciento del PBI. Es similar a la que tienen los países nórdicos”.

La estimación del ex integrante del equipo económico de Roque Fernández durante el segundo gobierno de Carlos Menem incluye la incidencia de los derechos de exportación. El principal cambio que hizo el kichnerismo respecto de gobiernos anteriores fue la ampliación de las retenciones a las exportaciones, que el macrismo rechaza. Y el mayor peso de las retenciones sobre la recaudación total se explica por los altos precios internacionales de los commodities agrícolas. El resto del esquema impositivo no cambió sustancialmente desde 2003, salvo la extensión del Impuesto a las Ganancias sobre algunas operaciones vinculadas con la renta financiera y los aumentos en los impuestos internos sobre autos y motos de alta gama, barcos y aviones, que empezaron a regir la semana pasada.

El titular de la UCR, Ernesto Sanz, también se pronunció en contra de cambiar Bienes Personales. “No se puede seguir generando mayor presión tributaria sobre los mismos sectores de la población que ya pagan impuestos”, indicó. El kichnerismo derogó “la tablita” de Ganancias que había impuesto José Luis Machinea en el gobierno de la Alianza y que agudizó la recesión económica en aquel momento.