“Fondos Buitres: los hechos demuestran que no es mito que sean Buitres”, tituló ayer el gobierno argentino la solicitada publicada por varios medios de prensa, entre ellos The Washington Post. En ese documento busca dejar en claro cómo es la lógica bajo la cual funcionan los litigantes contra el Estado nacional, encabezados por Paul Singer, dueño de Elliot. El Gobierno acusa a los fondos buitre de “mentir” sobre la Argentina y afirma que su objetivo es “extorsionar al país para obtener una ganancia de más de 1600 por ciento a costa del bienestar de nuestro pueblo”.

En la solicitada citan el ejemplo del lobby desarrollado por la American Task Force Argentina (ATFA), a la que calificaron como “un verdadero grupo de tareas norteamericano contra Argentina”. Miembros de esa organización arribarán en los próximos días al país para profundizar su tarea de lobby para acercarse a su objetivo: cobrar el valor nominal total de los bonos que adquirieron a precio vil. Por la naturaleza del fallo del juez Thomas Griesa, el accionar de los buitre imposibilita que el resto de los acreedores que aceptaron la reestructuración de la deuda puedan seguir cobrando.

“La crisis de 2001 dejó a Argentina con el default más grande de la historia. El proceso de renegociación iniciado por Néstor Kirchner y continuado por Cristina Fernández consiguió la adhesión voluntaria del 92,4 por ciento de los acreedores”, consignó la solicitada. “Además, Argentina pagó más de 190 mil millones de dólares entre capital e intereses desde 2003 a la fecha, sin por eso amenazar el proceso de crecimiento con inclusión social iniciado en 2003”, agregó. El Gobierno recuerda que recientemente renegoció deuda con el Club de París, con las empresas que tenían sentencia firme a su favor en el Ciadi y acordó la indemnización por YPF con Repsol. “Los únicos acreedores que jamás quisieron negociar con Argentina son los fondos buitres, porque su negocio es la extorsión judicial”, concluyó el escrito.