ECONOMíA
Incongruencias y elogios para el FMI
Por Julio Nudler
“La destrucción de valor es aún peor que la pobreza”, afirma una de las filminas que la Argentina está entregando a los Grupos de Trabajo Consultivos, reunidos para discutir la propuesta de reestructuración de la deuda. Si esa aseveración causa sorpresa, la explicación que le sigue sólo consigue aumentar el desconcierto. Según ella, “(la destrucción de valor) crea condiciones de dinámica socio-política negativas que atentan contra la previsibilidad y la creación de valor”. En una palabra: la destrucción de valor atenta contra la creación de valor. Parece, en principio, una sentencia irrefutable.
Más allá de esta obviedad, es bien sabido que también la pobreza engendra su círculo vicioso, en lo que no se diferencia de la destrucción de valor (léase caída del Producto Interno Bruto), contrariamente a lo que asegura Economía. Sin embargo, la presentación, subida desde ayer al sitio del ministerio, contiene algunos párrafos con los que sucede algo peor: ni siquiera puede entenderse qué significan.
Acerca de la dinámica social y política, se sostiene que “las condiciones para reestablecer la creación de valor requieren una firme estabilidad política y social y una reestructuración importante de la deuda, que minimice la incertidumbre fiscal”. Es poco probable que los atribulados bonistas se tomen el trabajo, posiblemente inútil, de intentar desentrañar el sentido de esa oración.
La exposición, que abarca 61 diapositivas, incluye una llamativa defensa del papel jugado por los organismos multilaterales de crédito, consignada con el propósito de justificar el trato preferencial que les dispensó el país a partir de la cesación de pagos.
Así, entre otros reconocimientos, se destaca que los organismos aumentaron su exposición durante parte de la crisis (1998 a 2001), cuando se los ha criticado duramente por haber procurado salvar un plan inviable como el de la convertibilidad. La misma actitud del FMI es buena y mala simultáneamente, dependiendo el propósito con que se la juzga.