Ante la ausencia de estadísticas de precios oficiales, tras el apagón estadístico anunciado por las nuevas autoridades del Indec que durará hasta mediados de año, la investigación del Conicet resulta central para observar cuáles fueron los aumentos que más afectaron la capacidad de compra de los segmentos postergados de la población. Con relevamientos propios de más de mil artículos, el documento resalta que en los últimos cuatro meses las remarcaciones de carnes rojas, cerdo y pollo ascendieron al 38,8 por ciento, de leches, huevos y quesos 33,4, de frutas y verduras 46,2, de azúcar y dulces 11,2, de infusiones y bebidas 14,7, de arroz y farináceo 24,0 y de aceites 20,7 por ciento. Por sus ponderaciones en la estructura de gastos de las familias de menores recursos, las remarcaciones en carnes y verduras fueron las que más afectaron la capacidad de compra de estos sectores.

El aumento de alquileres también muestra las tensiones para mantener la capacidad de compra de las familias con menores recursos. En un relevamiento por barrios porteños se destaca que la suba fue de 43,7 por ciento en Almagro entre noviembre de 2015 y febrero de 2016, de 29,1 por ciento en Barracas, de 34,1 en La Boca, de 28,3 en Chacarita, de 34,1 en Liniers, de 41,3 en Monserrat, de 35,8 en Parque Patricios, de 41,1 en Saavedra, de 39 en Villa Crespo, de 37,5 en Palermo y de 30,2 en Flores. En lo que refiere a electricidad, el documento del Conicet apunta que no sólo tiene un impacto para el consumidor final a través de la suba de la tarifa en el hogar sino que genera segundas rondas de inflación, puesto que la energía forma parte de la estructura de costos de distintas actividades que trasladan el aumento al precio final de los productos. Asegura que siendo conservador en los cálculos la quita de subsidios a la electricidad agregará otros cinco puntos porcentuales a la inflación de los próximos meses.