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Acercándose a la posición que mantienen a rajatabla los bancos extranjeros, el vicepresidente de la Asociación de Bancos Públicos y Privados (Abappra), Carlos Heller, dijo ayer que “no quedan muchas alternativas” para destrabar el corralito y se manifestó en favor de emitir un bono para canjear los depósitos reprogramados. Sin embargo, destacó que a este título deberían dársele varias “opciones cancelatorias” para que mantuviera su valor.
“No me gusta lo compulsivo. Estoy convencido de que no hay ninguna solución buena, por lo que hay que pensar cuál es la menos mala para la gente”, explicó Heller. “El Gobierno tiene que adoptar la decisión más adecuada, y que la sociedad entienda que no va a haber una nueva solución en quince días”, agregó.
Para el gerente general del Credicoop, “el drenaje de fondos no puede seguir por la sencilla razón de que no hay recursos. Se tiene un banco suspendido, y dos o tres en la picota. Cuántos bancos se tienen que caer para tomar conciencia de que hay un tema de liquidez que tiene que ser resuelto de manera que ponga un piso al derrube y de allí iniciar una reconstrucción”, afirmó.
Según Heller, tampoco es una solución abrir abruptamente el corralito de las cuentas a la vista. “Esto tiene como inconveniente la hiperinflación. Así, habría que inundar la plaza de billetes sin respaldo. Eso haría que el peso cayera abruptamente contra el dólar”, sostuvo.
Respecto de los plazos fijos, el banquero aseguró que “no quedan muchas alternativas para lo que llamamos el corralón: un bono, al que se le den opciones cancelatorias, que permita que su cotización secundaria inicial no sea menor que la que se le asigne en el momento de su emisión”, explicó.