EL PAíS › EL ARI QUIERE REVISAR LOS GASTOS DE ATN DESDE EL AÑO 1990
Los buenos tiempos de plata dulce
Hoy se lanza la iniciativa para revisar la “vaca lechera” de los Aportes del Tesoro Nacional. Fueron 2800 millones de dólares para déficit, política, piscinas y viajes al exterior.
Por Felipe Yapur
En los tiempos de la convertibilidad, esos que hoy parecen lejanos, cuando el Estado nacional todavía existía y contaba con algo de resto, con algo de dinero, el Ministerio del Interior tenía bajo su órbita el manejo de la mayor arma política de los últimos años: los ATN o Aportes del Tesoro Nacional. Entre 1990 y el 2001 –año de la debacle nacional– los gobiernos de Carlos Menem y Fernando de la Rúa distribuyeron de manera totalmente discrecional 2880 millones de dólares. En mucho de los casos, estos fondos se destinaron para casos que nada tenían que ver con la razón de los ATN: atender desequilibrios financieros provinciales. El Estado contribuyó a la construcción de piletas olímpicas, viajes al Africa, construcción de edificios religiosos, competencias deportivas y, sobre todo, apoyo a aquellos funcionarios provinciales y municipales que militan en el partido que gobernaba el país.
Julio Mera Figueroa, Eduardo Bauzá, José Luis Manzano, Gustavo Beliz, Carlos Ruckauf y Carlos Corach por el justicialismo, y Federico Storani y Ramón Mestre por la Alianza tuvieron a su cargo la distribución de estos fondos. El menemismo destinó entre los años ‘90 y ‘99 unos 865 millones para La Rioja, el 32 por ciento del total. Durante los dos años de la Alianza se utilizaron 190 millones de dólares en ATN. El beneficio a la provincia natal de Menem cayó al 7 por ciento, apenas unos 13 millones. En cambio, durante la administración De la Rúa, los distritos bendecidos fueron Buenos Aires y Córdoba. El primero recibió el 10 por ciento del total (unos 20 millones), el segundo el 6,5 por ciento (12 millones).
Este lunes, los diputados del bloque del ARI, que preside Elisa Carrió, presentarán un proyecto de resolución para crear una comisión investigadora sobre el manejo de estos dineros (ver aparte). Un trabajo realizado por este grupo político da cuenta de que los ATN “se distribuyeron sin reglas explícitas, económicas o sociales que justifiquen las transferencias de fondos. La verdadera causa siempre fue política”. Casi el 50 por ciento de los 2880 millones fue otorgado para fines que nada tenían que ver con el objetivo de la norma que creó los ATN.
A continuación algunos ejemplos de los fondos otorgados por Corach, el ministro que más tiempo ocupó la cartera política y que, a diferencia de sus antecesores, aplicó el mecanismo de los radiogramas de la Red Nacional de Comunicaciones Policiales. En ellos quedó registrado el uso que debían tener los dineros. Colaboradores de esa época sostienen que era para asegurarse que se gaste en lo que se había pedido por más que se trate de una pileta olímpica.
Los jazmines de Corach
En agosto de 1996, el entonces intendente de Pilar, Alberto Alberini, recibió una nota de su preocupada Secretaría de Obras Públicas. La repartición le advertía sobre la licitación para la pavimentación de la calle Los Jazmines. Obra, que según reza en la nota, no estaba prevista en el presupuesto de ese año. La alternativa recomendada por la repartición era recurrir a 260.000 pesos o dólares de los ATN, que ya habían sido otorgados.
Según consta en los expedientes de la Dirección General de Relaciones Financieras del Ministerio del Interior, el dinero había sido remitido en febrero de ese año. La nota del funcionario municipal deja entrever cierto apuro, preocupación. Y no era para menos. En la primera foja de la resolución el objetivo del pedido era concreto: asfalto de la calle Los Jazmines desde la Ruta 26 en dirección al country Club Highland Park. El exclusivo barrio tenía por esos años una particular importancia, allí pasaba sus fines de semana, todavía lo hace, el entonces ministro Corach, el responsable de otorgar los ATN. El pavimento se hizo, comienza en la Ruta 26 y finaliza en la puerta del country, ni un metro más y mucho menosun metro menos. De esta manera, el ex ministro y ahora ex senador puede llegar a su casa de fin de semana por calles prolijamente asfaltadas.
Los 260.000 dólares que obtuvo el municipio, según se puede leer en los radiogramas, estaban destinados a resolver “desequilibrios financieros”.
Por amor al club
En 1995 Antonio Libonati fue reelecto como intendente del partido bonaerense de San Martín. Había derrotado a Graciela Camaño, la esposa del hoy senador Luis Barrionuevo. Durante la campaña electoral se dijeron de todo, pero nada era tanto como parecía. El 1º de abril 1997, Libonati remitió una nota a Corach. Le solicitaba ATN por 200.000 dólares. Curiosamente, la razón del pedido no se fundaba en supuestos desequilibrios financieros –tal como lo establece la ley que los creó– sino en la necesidad de ayudar al Complejo Polideportivo del Club Atlético Chacarita Juniors, el cuadro de los amores de Barrionuevo. Libonati pidió ese monto para arreglar la pileta olímpica, 4 canchas de fútbol, tres de paddle y los quinchos. Eran tiempos en que Barrionuevo se autodefinía como “recontra alcahuete” de Menem. Tal vez por ello, Corach autorizó presto el pago el 28 de mayo.
Un año más tarde, el intendente fue destituido por “irregularidades y transgresiones”. Parece que el favor de la pileta olímpica no fue suficiente para que algunos de sus amigos del menemismo movieran un dedo por él. Pero ésa es otra historia.
El internacionalismo del PJ
Etiopía es uno de los países más pobres de Africa. Una tierra asolada por sangrientas guerras civiles que fueron objeto de cientos de acciones de solidaridad internacional. De todos los rincones del mundo llegaron delegaciones para ayudar a los etíopes. Incluso hubo una argentina, totalmente desconocida. Ocurrió en 1995 cuando la intendencia de Las Lomitas, provincia de Formosa, envió una carta al Ministerio del Interior. Era diciembre, el intendente –de apellido Meza– le solicitó a Corach un subsidio por 15.000 dólares para que tres médicos locales viajen a ese lejano paraje. Meza le solicitó al mediático ministro “ayuda solidaria a este emprendimiento que dejaría sentado el alto grado de profesionalismo de nuestros jóvenes médicos que seguramente redundará en beneficio de esta zona de nuestra provincia”.
Cinco días antes de Navidad, los ATN partieron hacia Las Lomitas. En los archivos del Ministerio no se registran solicitudes similares de Formosa. Sobre todo si se tiene en cuenta que, según el Indec, es una de las provincias de más alto índice de mortalidad infantil. En el 2000 era de 23 niños muertos por mil nacimientos. De los que sobreviven, dos de cada cien pesan menos de dos kilos. En ese mismo año, el 14 por ciento más pobre de los formoseños ganaba apenas 29 dólares mientras que cada uno de los diputados provinciales se llevaba a sus bolsillos 20.000 dólares.
Qué dirá el Santo Padre
“Tengo la imperiosa necesidad de terminar una etapa más del Seminario Santo Cura de Ars.” Así comenzaba la carta que Corach recibió el 21 de julio de 1999. El tono de la nota da cuenta de la urgencia. No andaba con rodeos y a renglón seguido detalla las necesidades materiales: “Necesito ya mismo la cantidad de 600.000 pesos en tres cuotas de 200.000 pesos”. El solicitante no puede ocultar su apuro, sabe que el tiempo del gobierno menemista estaba por finalizar. Tal vez por ello debe culminar su obra entre agosto y octubre. Pero tal vez buscando disimular el apuro, agrega: “Como en la segunda quincena de noviembre es unánime deseo y una fuerte esperanza mía que venga a inaugurarlo el señor presidente Menem”. Abajo, ala derecha, monseñor Emilio Ogñenovich, un amigo del entonces candidato a la presidencia Duhalde y también del menemato, estampó su firma.
Según los archivos de la Secretaría de Asistencia Financiera a las Provincias, el 24 de agosto le remitieron al obispo de Mercedes 200.000 dólares de los ATN que estaban destinados para los desequilibrios financieros de las provincias. No era la primera vez, poco antes, el 6 de julio ya había sido beneficiado con 50.000 dólares.
Ogñenovich no fue el único obispo que se benefició con los ATN del Estado. Héctor Aguer, arzobispo coadjunto de La Plata, también tenía problemas con su seminario pero también con su “proyecto de extensión cultural” que significaba difundir música sacra. Recibió de Corach los 150.000 dólares que solicitó. Lo curioso fueron los fundamentos que utilizó el ministro para meter mano en los ATN y ayudar al cura. Se basó en el discurso que Menem pronunció durante la inauguración de las sesiones ordinarias del Congreso de ese año, quien dijo que “debemos consolidar nuestra unidad nacional mediante la construcción de un país auténticamente federal donde se profundice más la autonomía de nuestros principios”. Tal vez Corach, conocedor de los más íntimos secretos de Menem, comprendió que la palabra “construcción” del discurso presidencial quería decir ayuda a los seminarios.