Viernes, 29 de junio de 2007 | Hoy
Por Fernando Krakowiak
Desde Asunción
El conflicto entre Venezuela y Brasil tuvo un nuevo episodio en la Cumbre del Mercosur. El viceministro de Relaciones Exteriores venezolano, Rodolfo Sanz, manifestó ayer su malestar por la demora del Senado brasileño para aprobar el protocolo de adhesión de Venezuela al bloque e hizo referencia a supuestos intereses particulares que estarían trabando esa definición. El canciller brasileño, Celso Amorim, negó la versión y le recordó el exabrupto que tuvo el presidente Hugo Chávez cuando acusó al Senado brasileño de repetir “como loros” las posiciones de Estados Unidos. “Hubiera sido importante un gesto positivo de Chávez hacia el Senado para recomponer la relación”, agregó. Entonces, Sanz emuló a su referente político con una respuesta propia del líder caribeño: “Ustedes quieren una muestra de amor, como si fuéramos una novia adolescente a la que se le pide un besito, pero nosotros ya hemos dado muestras suficientes de amor”.
En uno de los intervalos de la reunión del Consejo del Mercado Común, Sanz ofreció una conferencia de prensa y explicó que Chávez no pudo asistir a la Cumbre porque había asumido el compromiso de una gira por Rusia, Irán y Bielorrusia antes de que los miembros del Mercado Común del Sur decidieran cambiar la fecha del encuentro de Asunción, que iba a realizarse hace una semana. Luego volvió a defender con dureza la posición venezolana frente a Brasil: “Chávez no tiene nada de qué disculparse. No hubo ofensa sino simplemente una respuesta política. Si un grupo de senadores dice que en Venezuela no hay libertad de expresión porque se cerró un canal es lógico que nosotros emitamos una respuesta”, respondió en referencia a la queja de los legisladores brasileños luego del cierre de la cadena televisiva RCTV. “En Venezuela se respeta la libertad de expresión como en ningún otro lugar del mundo, pero los medios no tienen más derechos que otra empresa. La concesión venció y decidimos no renovarla en una decisión soberana”, agregó.
Del lado brasileño afirman que a Venezuela le conviene seguir agitando el conflicto con el Senado porque de ese modo evita tener que pagar el costo político interno que supone toda liberalización comercial. Lo mismo opinaron varios funcionarios argentinos consultados por este diario. Sanz también respondió sobre ese punto. “El proceso está marchando de manera normal, aunque para algunos empresarios que quieren ganar más de lo que ganan y quieren acelerar todos los procesos de desgravación podría estar mejor. La parte de integración para Venezuela no la marcan los empresarios, las corporaciones transnacionales ni nacionales. Nosotros nos debemos a la voluntad del pueblo venezolano.”
Por último, Sanz reafirmó la actitud con la que Venezuela adhirió al bloque regional. “El Mercosur en el 2000 se planteó un relanzamiento. Nosotros hemos apostado a ese esfuerzo y hemos pensado que debe producirse un cambio profundo que incluye la solución de las asimetrías, el énfasis en lo social, la solidaridad y la cooperación entre los países miembro del Mercosur. Esas propuestas no quieren decir que no aceptemos las reglas del juego”, sentenció.
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