Jueves, 31 de enero de 2008 | Hoy
ECONOMíA › ESTANCAMIENTO DE LA ECONOMIA ESTADOUNIDENSE EN EL CUARTO TRIMESTRE
Por Raúl Dellatorre
Lo que hasta ahora era un fantasma empezó a tomar cuerpo. Los datos de la economía de Estados Unidos para el cuarto trimestre del año 2007 mostraron un crecimiento de apenas el 0,6 por ciento; es decir, un virtual estancamiento. Visto en contexto, hay que comparar estos valores con el crecimiento entre el tercer trimestre de 2006 y el mismo período de 2007, que arrojaba una evolución favorable del 4,9 por ciento. Bajo esa perspectiva, algunos analistas intuyen, casi como una obviedad, que si entre el tercer y cuarto trimestre se verifica tremenda desaceleración, los meses de octubre y noviembre deben haber sido mejores por la inercia o arrastre de los meses anteriores, mientras que en diciembre debe haberse manifestado directamente una baja en el producto. Conclusión: la recesión ya está entre nosotros. O entre ellos, los estadounidenses.
El inicio de la recesión o el brusco freno al crecimiento –en el mejor de los casos– reconoce también otro síntoma. En diciembre, Estados Unidos sólo creó 18.000 puestos de trabajo, insuficientes para seguir el ritmo de aumento de la población y conformar a los aspirantes a ingresar en el mercado laboral.
Aunque se preveía una caída en el ritmo de crecimiento, no se la imaginó tan fuerte. Los analistas anticipaban una tasa del 1 al 1,2 por ciento para el cuarto trimestre. La desagradable sorpresa se explicó por una contracción en los inventarios y una caída del consumo mayores a lo que se esperaba. La inversión en viviendas se retrajo un 23,9 por ciento con respecto a un año, que no puede haber tomado a nadie desprevenido, dado que el sector inmobiliario se convirtió en el epicentro de la crisis. Para mayor preocupación de los administradores de la economía, los síntomas recesivos se presentan en forma conjunta con subas de precios. El índice de precios de compras nacionales brutas subió 3,8 por ciento en el cuarto trimestre, en términos anuales, frente al 1,8 por ciento del trimestre anterior, según el informe del Departamento de Comercio.
El informe del Departamento de Comercio indicó que en el último trimestre del año la renta per cápita media cayó levemente. Los estadounidenses moderaron su consumo, pero no porque estén guardando su dinero por una cuestión de expectativas. Las estadísticas oficiales indican que las familias apenas ahorraron el 0,02 por ciento de sus ingresos (dos pesos cada mil que reciben), frente al 0,6 por ciento del trimestre anterior. La pérdida de su poder adquisitivo y la erosión del valor de sus casas –deterioro de su patrimonio, el llamado efecto riqueza– impactaron fuertemente en los hábitos de gasto. Es la primera vez en 40 años que los dueños de viviendas pasan por semejante situación. Como dolor de cabeza para la economía global, el problema es excluyente: el consumo genera el 70 por ciento del producto bruto de la primera economía del mundo.
Estadísticamente, quedará registrado que la economía de Estados Unidos creció 2,2 por ciento en 2007, siete décimas por debajo del crecimiento de 2006. Sólo el análisis pormenorizado dará cuenta de que dicho resultado es la consecuencia de un crecimiento del 3,8 por ciento en el segundo trimestre y del 4,9 por ciento en el tercero, con el ya señalado fuerte desbarrancamiento hacia finales de año.
“Creo que estamos en una recesión”, se lamentó el titular de una consultora después de conocer las cifras. Alan Greenspan, ex titular de la Reserva Federal durante 18 años, y en gran parte responsable de la actual crisis por las políticas que la prohijaron, fue apenas más prudente. “Creo que la probabilidad de que haya una recesión es de al menos un cincuenta por ciento, pero hasta ahora hay pocos indicios de que ya hayamos entrado en una”, dijo a una publicación alemana antes de conocerse las cifras oficiales.
En cambio, el actual secretario del Tesoro, Henry Paulson, no ahorró esfuerzos para mostrar su optimismo. Reiteró su convicción de que la economía de Estados Unidos continuaría creciendo en 2008, a pesar de las cifras muy débiles de producto interno bruto del cuarto trimestre. Paulson, que habló en Washington en una mesa redonda sobre la situación del mercado inmobiliario, dio un par de referencias acerca de la mejora en los balances de la banca privada y destacó la capacidad demostrada para obtener fondos frescos. La salud de los bancos no es lo fundamental para medir los alcances de la crisis, pero es el primer aspecto visible, y Paulson no va a estar ahorrando en maquillaje para taparla.
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