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En la AMIA ayer no entraba ni un alfiler. Más de mil personas colmaron la mutual judía para apoyar al gobierno israelí y su decisión de atacar la Franja de Gaza. El clima era tenso y la bronca, palpable. “La primera palabra que están aprendiendo los niños en el sur (israelí) es rojo, código rojo. Ya no es un color para pintar, sino un código para salir corriendo a un refugio”, aseguró el titular de la Organización Sionista Argentina y organizador del acto, Manuel Kobryniec. Los meses de bloqueo a Gaza, la crisis humanitaria y los más de 760 muertos palestinos quedaron fuera de los discursos.

En la previa del acto, la gente aprovechaba para contarse las últimas noticias que había recibido de sus familiares en Israel. “Uno de los cohetes que fue lanzado desde Líbano cayó en un asilo de ancianos. ¿Alguien contó eso?”, se quejó un joven de 26 años, que pidió no revelar su nombre. Por suerte, agregó, nadie estaba en el salón principal del asilo y no hubo heridos. Para él y para la mayoría de los que ayer se habían acercado a la mutual judía los medios argentinos sólo están contando una campana de la historia, la palestina. “Mi abuela vive en Ashdod y hace unos días un cohete palestino cayó a tres cuadras. Los medios no dijeron nada y me enteré tres días después”, dijo, mientras evitaba derramar una lágrima. Es una mezcla de bronca e impotencia, explicó.

A unos metros de allí, Marta Haber, una mujer judía de 64 años de origen árabe, intentó explicar la diferencia entre el pueblo israelí y los palestinos en Gaza. “A nosotros no nos interesa el odio ajeno. Un soldado israelí que muere vale para ellos miles de personas. Nosotros le damos valor a la vida humana”, explicó. El acto reafirmó esa idea. “No tenemos intención de atacar a la población civil, pero Hamas utiliza a las mujeres y niños como escudos humanos”, denunció el embajador israelí, Daniel Gazit.

De los 763 muertos palestinos que ya dejó la ofensiva israelí, por lo menos 300 son civiles, según la ONU. “Siempre es trágico que mueran civiles, pero la responsabilidad es de Hamas”, aseguró Sergio Wi-dder, el representante del Centro Simon Wiesenthal para América latina. Para él no había otra opción. “La agenda de Hamas es destruir Israel.”