EL MUNDO › CHINA DEJA OFICIALMENTE EL COMUNISMO
Partido Capitalista
Por Georgina Higueras
Desde Pekín
El abrazo formal del capitalismo en China no pudo ser más frío. Los 2114 delegados del XVI Congreso del Partido Comunista Chino (PCCh) acogieron con un raquítico aplauso de compromiso el largo discurso de despedida de Jiang Zemin. El hombre que ha dirigido el PCCh durante los últimos 13 años criticó ayer los arcaísmos ideológicos, señaló que el desarrollo exige un partido “progresista” y dijo que se debe poner el empeño en “hacer a la gente rica y al país fuerte”.
Fuera, en las calles de un país que ha triplicado su Producto Bruto Interno en esos años, la gran mayoría de los 1300 millones de habitantes, a juzgar por la actitud de los pequineses, se mostraba indiferente a la histórica sesión que se celebra en el Gran Palacio del Pueblo y continuaba empeñada en su trabajo para ganar cada día más, mejorar su nivel de vida y engordar su bolsillo.
“Toda forma legítima de ganancia, sea por el trabajo o no, debe ser protegida.” Con esta frase y sin mencionar la soga en casa del ahorcado, Jiang Zemin entronizaba la defensa del capital en el seno del comunismo chino. “Es impropio –continuaba el secretario general del PCCh– juzgar si la gente es progresista o reaccionaria políticamente tomando en cuenta tan sólo si tiene propiedades o cuántas propiedades tiene.”
La llamada teoría de las tres representaciones, que Jiang ha impuesto que sea incluida estos siete días de congreso dentro de la constitución del PCCh, entierra definitivamente la ideología del partido fundado en la ciudad de Shanghai hace 81 años y rompe su base obrera y campesina para abrir sus filas a las clases “emergentes en el proceso de cambio social” que experimenta China desde hace dos décadas. Empresarios, financieros, profesionales, intelectuales y tecnólogos son, según Jiang Zemin, “todos ellos constructores, junto con otras esferas sociales, del socialismo con características chinas”. Eufemismo éste bajo el que se oculta un capitalismo triunfante que ha permitido colocar en la revista norteamericana Forbes a algunos empresarios chinos entre los hombres más ricos del mundo.