Martes, 28 de julio de 2009 | Hoy
EL MUNDO › EL PRESIDENTE NORTEAMERICANO EXHORTó A UNA MAYOR COOPERACIóN DE BEIJING
La agenda del diálogo que comenzó ayer incluye asuntos como el cambio climático, la crisis global, el terrorismo y la proliferación nuclear. Ambas potencias compiten en la búsqueda de mercados y ninguna renuncia a ser hegemónica.
China y Estados Unidos abrieron un diálogo que aspira a la remodelación del mundo de acuerdo con los intereses de ambas potencias. El presidente Barack Obama llamó a Beijing a incrementar la cooperación y aseguró que este vínculo determinará el futuro del siglo XXI. “La relación entre Estados Unidos y China será determinante para el siglo XXI”, hecho que constituye “una responsabilidad” que deben asumir sus líderes, afirmó el mandatario norteamericano, al inaugurar el primer encuentro del Diálogo Estratégico y Económico entre ambos países en Washington.
La cumbre, que durará dos días, está encabezada en la parte estadounidense por la secretaria de Estado, Hillary Clinton, y el del Tesoro, Timothy Geithner, mientras la delegación china, en tanto, integrada por 150 personas, está liderada por el viceprimer ministro, Wang Qishan, y el consejero de Estado Dai Bingguo. La agenda de diálogo incluye asuntos como el cambio climático, la crisis global, el terrorismo y la proliferación nuclear.
Dai coincidió con Obama en que los intereses de Washington y el gigante asiático nunca antes estuvieron tan “entrelazados”, y dijo que ambos países deben trabajar juntos para ayudar a la economía global a recuperarse de la profunda recesión que atraviesa. Sin embargo, ambos países compiten en la búsqueda de mercados para sus productos y ninguno de los dos renuncia a una posición de liderazgo en el mundo.
Washington está preocupado porque Beijing está ahorrando demasiado en momentos en que la crisis económica provoca una fuerte caída en el consumo, mientras China llevará a la mesa de negociaciones su preocupación por el elevadísimo déficit presupuestario estadounidense, que se espera llegue a los 1,8 billón de dólares este año.
China se ha convertido en los últimos años en el gran acreedor, financiando la deuda de Estados Unidos. Beijing quiere a cambio garantías de que su inversión está segura y Washington pretende un mejor acceso a los consumidores chinos. El demócrata que recordó que China puede convertirse en un “gigantesco mercado” para productos estadounidenses, propicia promover la estabilidad financiera mediante una “mayor transparencia y reforma regulatoria”, un comercio “libre y justo” y un acuerdo de la Ronda de Doha que sea “ambicioso y equilibrado”.
China y Estados Unidos son los dos mayores contaminantes del planeta. Washington aceptó en la última cumbre de G-8 poner cuotas y plazos fijos para la reducción de los gases que provocan el efecto invernadero. Pero China todavía se resiste a hacerlo. Según Obama, ambos países pueden colaborar también en la búsqueda de un futuro energético “limpio, seguro y próspero”, por lo que subrayó la importancia de actuar unidos ante amenazas comunes.
El tema nuclear fue incluido en la agenda cuando Obama instó a China a “cooperar para adelantar nuestros intereses mutuos deteniendo la expansión de armas nucleares”. Al respecto, pidió a Beijing “continuar la colaboración” para lograr que Corea del Norte “cumpla sus obligaciones” en materia de desnuclearización y también a trabajar “unido” con Washington para “evitar que Irán adquiera un arma nuclear”.
El mandatario estimó que Estados Unidos y China pueden “cooperar para adelantar los intereses mutuos en confrontar las amenazas transnacionales”, al señalar que los “peligros más apremiantes” no provienen ya de la rivalidad entre grandes potencias sino de los “extremistas, traficantes y piratas”, entre otros.
El mandatario reconoció las dificultades provenientes de las “diferencias” entre ambas naciones en relación con temas como la libertad religiosa o de expresión, aunque insistió en que precisamente eso es lo que “hace que el diálogo sea tan importante” para “estrechar” las “divisiones”.
Por último Obama dijo creer “en un futuro en el que China será un miembro fuerte, próspero y exitoso de la comunidad de naciones, un futuro donde nuestras naciones estén asociadas por necesidad, pero también para aprovechar oportunidades”, para lo cual será necesario mantener un “diálogo sostenido” como el que, indicó, “comenzó hoy”.
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