Desde Gaza

El soldado israelí Gilad Shalit, que fue capturado por militantes de Gaza en junio de 2006, parece gozar de buena salud en un video entregado por sus captores a cambio de dejar en libertad ayer a 20 prisioneras palestinas. El primer video desde que fue capturado que prueba que el soldado Shalit está vivo y aparentemente en buen estado de salud mental lo mostraba sosteniendo una copia del diario pro Hamas Falastee, en árabe, con fecha del 14 de septiembre. También se refiere a un hecho privado familiar que sucedió seis meses antes de su captura en un cruce de frontera.

El video fue dado a conocer para ser emitido por la familia de Shalit después de haberlo visto en su casa en el norte de Israel mientras familias jubilosas les daban la bienvenida a las mujeres en sus hogares –-salvo una que fue a Cisjordania– después de haber sido liberadas de las cárceles israelíes. El intercambio del video por las prisioneras fue negociado por mediadores alemanes, que tanto Hamas cuanto Israel consideran que aportan nuevos impulsos para negociar eventualmente la liberación de muchos prisioneros a cambio del soldado Shalit.

En el video, de dos minutos y medio, Shalit, de 23 años, que aparece delgado pero por lo demás en buenas condiciones, dice en hebreo, leyendo de un texto: “Soy Gilad, hijo de Aviva y Noam Shalit, hermano de Hadas y Yoel, que vive en Mitzpe Hila. Mi número de identificación es 300097029. Hoy es lunes, 14 de septiembre de 2009. Como pueden ver, tengo en mi mano la edición de hoy de un diario palestino, publicado en Gaza. Leí diarios buscando información sobre mí. Espero encontrar algún tipo de información que indique que mi liberación y mi regreso a casa es inminente. He estado esperando y deseando mucho que llegue el día de mi liberación”. “Espero que la actual administración, encabezada por Bejamin Netanyahu, no pierda la oportunidad de lograr un acuerdo y, así, finalmente podré realizar mi sueño y ser liberado.”

En comentarios dirigidos personalmente a sus padres y hermanos, dice: “Quiero decirle a mi familia que los quiero y los extraño mucho y que ruego para que llegue el día de poder verlos nuevamente. Papá, Yoel y Hadas, ¿se acuerdan del día en que vinieron a visitarme a mi base en los Altos de Golán, el 31 de diciembre de 2005? Hicimos un paseo alrededor de la base y me tomaron una foto arriba de un tanque Merkava, y otra en uno de los viejos tanques a la entrada de la base. Luego fuimos a un restaurante en uno de los pueblos drusos, y en el camino nos tomamos fotos al lado del camino con la montaña nevada Hermon con telón de fondo”.

“Quiero decirles que me siento bien en términos de salud y que los mujaidines de las brigadas de Al Qassam (el ala militar de Hamas) me tratan excelentemente. Muchas gracias y adiós.” Aunque el soldado está sentado durante la mayor parte del video, en este momento se levanta de su silla y camina hacia la cámara, aparentemente para demostrar que está en buena forma. El primer ministro Benjamin Netanyahu dijo que el video era “alentador”. Después de telefonear a Noam Shalit, Netanyahu añadió: “Aunque el camino hacia la liberación de Gilad es todavía largo y difícil, el saber que está bien y en buena salud nos alienta a todos”.

El primer ministro de facto de Hamas en Gaza, Ismail Haniyeh, dijo que la liberación de las prisioneras significaba “un día de gran esperanza” y añadió: “Espero que éste sea un paso hacia la liberación de nuestros prisioneros hombres y mujeres de las prisiones de la ocupación”. Haniyeh afirmó que la liberación de unas “hermanas encarceladas” era un logro asombroso de los palestinos que capturaron a Shalit, añadiendo que era “un gran triunfo de la resistencia”.

Haniyeh habló al lado de Fatima al-Zaq, una prisionera liberada de 40 años. Miembro de la Yihad islámica, estaba embarazada cuando fue arrestada, y ayer sostenía en brazos a su hijo nacido en prisión. En el lado palestino del cruce de Erez, una multitud de cientos, agitando banderas verdes de Hamas, las banderas negras de la Jihad islámica y banderas con los colores nacionales palestinos, seguían a un convoy que incluía al auto de Haniyeh, que éste había enviado para recoger a la madre y al hijo.

Al llegar a su oficina, el niño pasó de los brazos de su madre a Haniyeh, que lo besó repetidamente. El marido de Zaq, Mohammed, que también es miembro de la Jihad islámica, declaró: “Nos sentimos muy bien. La gente de todas las facciones está celebrando con nosotros. La liberación de los prisioneros nos une”.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.

Traducción: Celita Doyhambéhère.