Domingo, 22 de noviembre de 2009 | Hoy
EL MUNDO › EL CASO DEL ESPIA PERUANO
Por Carlos Noriega
Desde Lima
Un ex agente de la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA), la policía secreta de la dictadura de Pinochet, se comunicó ayer con medios peruanos para asegurar que él era el contacto del espía peruano Víctor Ariza, y que organizó el espionaje a la fuerza aérea peruana por orden de la presidenta Michelle Bachelet. Se trata de Juan José Soto, quien llamó por teléfono a Radio Programas del Perú –la radio de noticias más importante del país– identificándose como Víctor Vergara Rojas, uno de los dos contactos chilenos a los que Ariza les enviaba información secreta de las fuerzas armadas peruanas.
El ex agente de la DINA aseguró que llamaba desde Argentina, a donde dijo había huido desde Chile porque temía por su vida luego de que se revelaran las operaciones de espionaje de Ariza. “Soy el contacto de Ariza en Chile, estoy refugiado en Argentina”, fueron las palabras con las que Soto se presentó al momento de llamar a Radio Programas del Perú. Luego dijo que la presidenta Bachelet y su gobierno “conocían y participaron” del espionaje a la fuerza aérea peruana. Sin embargo, la explosiva revelación comenzó a perder fuerza cuando se conoció la historia de este personaje, a quien el diario local El Comercio calificó de “traficante de noticias”.
Antiguo represor y viejo contador de historias, Juan José Soto ha sido protagonista de más de una noticia falsa. En 2006, Soto apareció en La Paz y solicitó asilo político asegurando haber sido detenido y torturado por el gobierno de Ricardo Lagos. Luego se supo que efectivamente estuvo en prisión, pero acusado de golpear a la madre de cuatro de sus hijos, Eliet Soledad Barrientos.
En agosto de 2008 llamó telefónicamente a un canal de televisión de Chile haciéndose pasar por el cónsul de ese país en Madrid, Carlos Montenegro, para anunciar la muerte de un ciudadano chileno en un accidente aéreo en Barajas.
En junio de 2008, Soto apareció en el diario Hoy de La Plata, diciendo que llegó a la Argentina huyendo de la erupción de El Chaltén, en el sur de Chile. Un año antes, en 2007, las autoridades de Bariloche denunciaron a Soto por pedir audiencia argumentando ser un representante chileno en derechos humanos. En realidad, la relación de Soto con los derechos humanos es como represor de la DINA pinochetista. En 1981 Soto viajó a Alemania. Desde Europa habría seguido trabajando para la DINA de Pinochet pasando información sobre los refugiados chilenos.
Según fuentes ligadas a la investigación, fue durante este año que el espía Víctor Ariza habría enviado a Santiago la información más sensible. Esta información la pudo obtener al ser designado a inicios de 2009 en la Dirección de Planes de Inteligencia de la Fuerza Aérea del Perú, puesto que le dio acceso a información secreta de importancia estratégica.
La fuerza aérea peruana se encuentra en el ojo de la tormenta no sólo por haber demorado más de cinco años en detectar las actividades de espionaje de Ariza, sino por haberlo designado a un cargo que le daba acceso a información secreta relevante, a pesar que desde 2007 ya estaba bajo investigación por sospecha de espionaje. Hasta ahora no hay una explicación de las autoridades peruanas sobre este hecho. De otro lado, el canciller chileno, Mariano Fernández, anunció ayer que la próxima semana el gobierno de Santiago responderá el pedido de explicaciones de Lima.
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