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El jefe de gobierno italiano, Silvio Berlusconi, y el presidente de Panamá, Ricardo Martinelli, inauguraron ayer en Milán (norte de Italia) la IV Conferencia Italia-América latina, organizada con el objetivo de consolidar alianzas ante un mundo globalizado.

“Estamos interesados en una alianza con América latina para ser los protagonistas y llevar la cultura de aquello que se llama el nuevo Occidente, el Occidente globalizado, uno solo, con sus valores, sus principios y su democracia”, dijo Berlusconi al abrir la reunión.

Los cancilleres de El Salvador, Ecuador, Costa Rica, además del vicepresidente de Uruguay, Rodolfo Nin Novoa, así como ministros y expertos de todo el continente se reúnen nuevamente en Italia un día después de la cumbre de mandatarios de los países iberoamericanos que se celebró en Portugal y que estuvo dominada por los debates y las divisiones sobre las elecciones en Honduras.“América latina se ha convertido ya en un socio crucial de la gobernabilidad global. La creación del G-20, que incluye a Brasil, Argentina y México, ha sancionado definitivamente el papel mundial del subcontinente”, explicó el canciller italiano, Franco Frattini.

Berlusconi admitió que teme la ofensiva de países como China, cuyo crecimiento económico es sorprendente, citó cifras y pidió a los latinoamericanos “resistir ante tal ofensiva”, a la vez que reiteraba su propuesta de una alianza económica y política. La reciente adjudicación de las obras de ampliación del canal de Panamá a un consorcio internacional encabezado por Impregilo, un contrato de enorme valor económico, político y estratégico, así como el papel del grupo ENEL, considerado el mayor productor de energía de la región, fueron mencionados como unos de los mayores resultados comerciales alcanzados por Italia en el continente.