Jueves, 3 de diciembre de 2009 | Hoy
EL MUNDO › EL OFICIALISMO DE BOLIVIA BUSCA LA MAYORíA EN EL LEGISLATIVO
Si el MAS alcanza los dos tercios, sus legisladores podrán decidir la modificación de la Constitución. Cerró la campaña Manfred Reyes Villa, quien –según las encuestas– quedará a más de 30 puntos por debajo de Evo Morales.
Por Sebastián Ochoa
Desde Cochabamba
Las paredes bolivianas todavía conservan la historia de la campaña. Aparecen nombres de candidatos fallidos, como Víctor Hugo Cárdenas –ex vicepresidente de Gonzalo Sánchez de Lozada–, Jorge “Tuto” Quiroga –ex vicepresidente de Hugo Banzer–, que se retiraron hace meses, cuando entendieron que no harían sombra electoral a Evo Morales. Están los que se animaron a enfrentar al Movimiento Al Socialismo (MAS), que seguramente ganará el domingo. “Devolveremos la tierra a los campesinos”, promete una pintada que promociona a Manfred Reyes Villa, candidato de la derecha que –según las encuestas– quedará a más de 30 puntos por debajo de Morales. “Manfred kencha” (mal agüero) le respondieron en otra cuadra. “Samuel vendepatria”, grafitearon al posible tercero, el centroderechista Doria Medina. Pero alguien tachó su nombre y escribió encima “Evo”. Más de cinco millones de electores se preguntan por cuánto ganará el MAS. Y se preguntan –con esperanza o temor– si llegará Morales a controlar dos tercios de la Asamblea Legislativa Plurinacional.
“Ya está elegido el compañero. Todos sabemos que seguirá de presidente. Ahora sólo nos falta saber si llegaremos a tener los dos tercios del Congreso”, dijo a Página/12 la ministra de Desarrollo Rural y Tierras, Julia Ramos. En su primer mandato, Morales tuvo al Senado en contra. Ahora, según las encuestas, el MAS tendrá a 22 de los 36 senadores. Otros nueve serían para Plan Progreso Bolivia-Convergencia Nacional (PPB-CN), de Reyes Villa. Sólo uno obtendría Unidad Nacional (UN), de Doria Medina. Los cuatro asientos restantes todavía no tienen dueño definido. Si el MAS alcanza los dos tercios, sus legisladores podrán decidir la modificación de la Constitución, aprobada en enero pasado tras varios meses de negociaciones con la oposición y concesiones del partido gobernante.
Seguro de ganar, el presidente avisó que luego de las elecciones el MAS modificará el Poder Judicial, para así meter en la cárcel a los candidatos de PPB-CN, el presidenciable Reyes Villa y el vicepresidenciable Leopoldo Fernández, que ya está preso. Al primero se lo acusa por diversas malversaciones de fondos cuando era prefecto de Cochabamba, hasta que un referéndum decidió revocarlo el año pasado. A Fernández lo culpan por la matanza de al menos trece personas en el departamento de Pando, donde era prefecto.
“Vamos a cambiar la Justicia y los dos van a estar en la cárcel. Recuérdense, se va a hacer eso con semejantes farsantes y delincuentes que roban la plata del pueblo. Fernández inventa su candidatura para salir de la cárcel, Reyes Villa la inventa para no entrar a la cárcel”, dijo ayer el presidente.
Según las encuestas, Morales obtendría entre el 52 y el 59 por ciento de votos. Pero en el MAS creen que estas consultas se tergiversan. Ponen por ejemplo las elecciones de 2005, cuando el aymara no iba a tener ni el 30 por ciento de los votos. Finalmente ganó con el 53 por ciento.
Su principal oponente, el PPB-CN, conseguiría el 21 por ciento; mientras UN el 9,4 por ciento. René Joaquino, de Alianza Social (AS), tendría el 3,3 por ciento de los votos. Siguen Ana María Flores, del Movimiento de Unidad Social Patriótica (MUSPA), con el 0,4 por ciento; Alejo Véliz, de Pueblos por la Libertad y Soberanía (Pulso) con 0,2 por ciento y Román Loayza, uno de los fundadores del MAS, con el 0,1 por ciento. Loayza representa a Gente, un frente creado por el ex vicepresidente Cárdenas para postularse, pero se arrepintió. Hace días abandonó a este partido su candidato a vicepresidente, Guillermo Beckar, otro masista disidente. En Muspa también renunció el vice, desalentado por la escasa intención de voto a su proyecto.
Uno de los candidatos a diputado por Gente es el aymara Felipe Quispe, quien en 2003 lideró las movilizaciones que derrocaron a Gonzalo Sánchez de Lozada. “El Evo no nos deja crecer, nos ha infiltrado gente que generó muchas dificultades dentro de la organización”, dijo a este diario. Quispe consideró que pueden entrar al menos un par de legisladores por Gente. “No vamos a ser mayoría, pero vamos a ladrar. No vamos a morder mucho, pero vamos a interpelar a los ministros del MAS, que son todos de la derecha. Vamos a fiscalizar municipios y proponer leyes. No iremos a la Asamblea para dormir”.
En 2003, Quispe era visto como el líder indígena radical, deseoso de que Bolivia retornara al formato estatal del Qollasuyu, parte del imperio inca. Morales, en cambio, era percibido como el aymara moderado y abierto al dialogar con todos. “Teníamos muchas esperanzas en Evo Morales. Pensamos que iba a cambiar el legado de los españoles. Pero se fue derechizando, hasta incorporó a gente de la Unión Juvenil Cruceñista (UJC), que odian a los aymaras. Al final, éste va a ser un gobierno neoliberal con cara de indio”, predijo.
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