EL MUNDO › LA POLICíA IRANí REPRIMIó MANIFESTACIONES ANTIGUBERNAMENTALES EN LA CAPITAL Y EN OTRAS PARTES DEL PAíS

Serían diez los muertos en una protesta en Irán

Entre las víctimas estaría el sobrino del líder de la oposición Mir Hosein Musavi. Hubo más de 300 personas detenidas en las manifestaciones opositoras más violentas desde junio pasado, cuando fue reelecto Ahmadinejad.

La celebración del ritual chiíta de Ashura se convirtió en tragedia. La policía iraní abrió fuego contra una multitud que se manifestaba ayer en Teherán y otras ciudades del país. Al menos 10 personas murieron, según informaron las webs iraníes opositoras, pero el gobierno de Mahmud Ahmadinejad sólo confirmó cinco, además de informar más de 300 detenciones. Entre las víctimas estaría el sobrino del líder de la oposición Mir Hosein Musavi, Seyed Ali Musavi.

Los manifestantes se congregaron en varios lugares de Teherán, entre ellos la universidad, gritando lemas como “Muerte al dictador” (en referencia al presidente Ahmadinejad) y “No tengan miedo, estamos todos juntos”. También se registraron importantes protestas en la concurrida avenida Niavaran, en el norte de la capital, donde se concentraron cientos de seguidores de Musavi, después de que las autoridades cancelaran el discurso que tenía previsto pronunciar el ex presidente Mohammad Jatami, estrecho aliado de aquél, en la mezquita de Jamaran.

Decenas de miles de opositores que llegaron en pequeños grupos confluyeron repentinamente en varios puntos de la avenida Enghelab (centro de Teherán), aprovechando las procesiones previstas por el Ashura (día de ritual que conmemora la muerte de Hussein, nieto de Mahoma), según testimonios. Los manifestantes tomaron por sorpresa a las fuerzas de seguridad, agregaron esas fuentes.

Numerosos enfrentamientos, algunos muy violentos, rápidamente opusieron a manifestantes y fuerzas antimotines en esta gran arteria, que ya había sido escenario de grandes manifestaciones en junio contra la reelección de Ahmadinejad. Esas manifestaciones se habían saldado con 36 muertos según el gobierno y 72 de acuerdo con la oposición.

En esta ocasión, la policía intervino rápidamente, utilizando gases lacrimógenos y cargando contra los manifestantes que respondieron incendiando cestos de basura y lanzando piedras, según los testimonios.

Los enfrentamientos fueron particularmente fuertes cerca de la plaza Enghelab, en donde varias miles de personas lograron reunirse antes de que la policía interviniera, según estas fuentes. Testigos también señalaron que varios miles de partidarios de Ahmadinejad organizaron una contramanifestación y desfilaron por una parte de la avenida Enghelab.

Otros violentos disturbios tuvieron lugar en varias ciudades iraníes como Ispahan y Najafabad (centro), Chiraz (sur) y Babol (norte). Las páginas de Internet de la oposición hicieron circular fotografías de varias de las víctimas.

Un comunicado de la policía citado por la agencia oficial Irna confirmó la muerte de cinco personas “en condiciones sospechosas”, por lo que “los especialistas tratan de identificar a los autores de esos incidentes”. El portal de Internet Jaras añadió otros cuatro muertos en Tabris, noroeste del país, y un muerto en Chiraz, en el sur.

La web reformista Parlemannews.ir dijo que Seyed Ali Musavi, sobrino de 35 años de edad de Mir Hosein Musavi, fue alcanzado por una bala en el pecho en el centro de Teherán y murió después de ser trasladado a un hospital. “Musavi, los padres de este mártir del movimiento verde y varias personalidades políticas se encuentran actualmente en el hospital”, añadió el portal de los parlamentarios de la oposición, en referencia al emblemático color de los partidarios del ex candidato a las elecciones presidenciales.

Antes, el jefe adjunto de la policía iraní, Ahmad Reza Radan, había dado en la televisión oficial un balance de cuatro muertos, pero desmintiendo implícitamente que las muertes estuvieran vinculadas con la represión.

“Una (de las víctimas) murió al caer de un puente, otras dos en un accidente de coche y otra murió por bala”, indicó Radan. “Como la policía no utilizó armas de fuego, (este fallecimiento) es sospechoso y una investigación está en curso”, añadió.

Se trata de los choques más sangrientos entre la oposición y las fuerzas de seguridad desde las grandes manifestaciones de junio contra la reelección del presidente Mahmud Ahmadinejad, en donde se denunció que hubo fraude. Coincidieron también con un clima de gran tensión política por la muerte la semana pasada del gran ayatolá disidente Ali Montazeri. De hecho, su funeral terminó convirtiéndose en una protesta opositora no sólo de militantes jóvenes y estudiantes sino también cada vez más de conservadores, que lo veneraban tanto por razones de fe como de política.

Pese al clima imperante en Irán, no era esperable lo que sucedió ayer durante el ritual de Ashura. La memoria de Hussein es tan potente entre los chiítas que está prohibido matar por cualquier motivo y las reglas iraníes han tratado de evitar la violencia o incluso las ejecuciones durante la festividad. “Ashura es un día muy simbólico en nuestra cultura y revive la noción de que los inocentes cayeron en manos de los villanos”, dijo Fatemah, un ex miembro del Parlamento iraní.

A todo esto, el gobierno de Estados Unidos expresó su repudio por “la represión violenta e injusta de civiles que buscan ejercer sus derechos universales en Irán”, tras los enfrentamientos con las autoridades en Teherán. Washington “condenó firmemente” la violencia, declaró por medio de un comunicado de prensa Mike Hammer, portavoz del Consejo de Seguridad Nacional (NSC).

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Los enfrentamientos entre la policía y los manifestantes fueron particularmente fuertes cerca de la plaza Enghelab.
Imagen: AFP
 
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