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Una buena y una mala noticia para el programa estrella del gobierno de Lula. La mala es que se confirmó oficialmente ayer que el lanzamiento del programa Hambre Cero, que se iba a realizar con bombos y platillos con el gabinete en pleno en el pobrísimo nordeste brasileño, fue postergado . La buena es que el presidente del BID, Enrique Iglesias, le confirmó al ministro de Economía, Antonio Palocci, que se entregará al gobierno brasileño unos 6000 millones de dólares en cuatro años para el programa. Y otra buena para Lula es que finalmente el Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB) ratificó el acuerdo con el Partido de los Trabajadores (PT) para repartirse el control del Congreso.
El PMDB y el PT habían iniciado negociaciones para formar un bloque parlamentario conjunto, pero fracasaron. Pero el PT había conseguido que al menos el PMDB apoyara al candidato del PT para presidir la Cámara de Diputados y el PT apoyaría al del PMDB en el Senado. Cuando el ex presidente José Sarney decidió este fin de semana postularse la titularidad del Senado en contra de la cúpula del partido, su presidente, Michel Temer, vio que el sectores del PT apoyarían a Sarney y amenazó con romper el acuerdo. Ayer, Temer dijo que “el PT se ha comprometido no sólo a no interferir en la designación del candidato del PMDB, sino a votar por cualquier candidato que elija la bancada”.