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La disidencia y los gusanos
El líder disidente cubano Osvaldo Payá tuvo su prueba de fuego ayer cuando se reunió con los exiliados anticastristas en Miami, que rechazan el Proyecto Varela que él dirige. Payá es el disidente más conocido internacionalmente. En diciembre recibió el Premio Sajarov del Parlamento Europeo por su trabajo al frente de dicho proyecto, que busca ampliar los derechos democráticos en la Cuba de Fidel Castro. Fue propuesto para el Premio Nobel de la Paz y, en una muestra de la nueva línea de Washington hacia Cuba, el secretario de Estado estadounidense, Colin Powell, lo recibió la semana pasada con honores (foto). En Miami, Payá conversó con representantes de los grupos anticastristas de la ciudad, donde viven unos 700.000 cubanos. Parte del exilio se opone al Proyecto Varela porque considera que “legitimaría los poderes absolutos de Fidel Castro”. El proyecto se ampara en una disposición de la Constitución cubana que permite a los ciudadanos proponer leyes si la iniciativa es respaldada por 10.000 electores. Los promotores del proyecto ya juntaron 11.000 firmas y piden un referendo para ampliar las libertades de los habitantes de la isla e implementar reformas políticas y económicas.