Pauline Lunney, de 56 años, fue inculpada por amenazar de muerte al papa Benedicto XVI durante su visita de Estado la semana pasada a Gran Bretaña. Lunney compareció ante un tribunal de North Tyneside, donde el juez le notificó su inculpación. Fue detenida la semana pasada, tras la llamada de un testigo que le oyó decir que quería matar al Papa. En su domicilio se descubrió una falsa pistola y un billete de autobús para llegar el sábado pasado a Londres, donde el Papa pasaba el penúltimo día de su visita de Estado.