Los encapuchados que asesinaron a 14 jóvenes en una fiesta en Ciudad Juárez, la más violenta de México, irrumpieron al grito de “¡Acaben con ellos!”, informó un sobreviviente. La Fiscalía de Chihuahua –estado al que pertenece Ciudad Juárez– sospecha que buscaban matar a un hombre apodado “Ratón”, quien al parecer resultó herido y está desaparecido.

La matanza se registró hacia la medianoche del viernes, cuando un grupo de pistoleros armados con fusiles de asalto invadió una casa en la que se festejaba un cumpleaños de 15 y abrieron fuego durante unos cinco minutos. Además de los 14 muertos hay 19 heridos, entre ellos dos niños de siete y 11 años. “No hay un móvil determinado para la ejecución de las catorce personas”, dijo Carlos Manuel Salas, fiscal. En el lugar los investigadores “encontraron más de 70 casquillos”.

Medios locales mostraron imágenes de cadáveres en la cochera de la vivienda junto a automóviles. El parte policial dijo la noche del sábado que algunos de los asistentes al evento intentaron huir. Uno de ellos lo hizo saltando por los techos de casas contiguas, pero fue alcanzado por las balas.

La casa está ubicada en una zona residencial a menos de dos kilómetros de donde ocurrió otra masacre en enero pasado, en la que 16 jóvenes murieron a manos de un comando que también irrumpió a balazos en una fiesta.

Escondidos en sus viviendas, los vecinos evadían a los periodistas.

“Váyase, váyase por favor, no me comprometa, no puedo hablar; si lo hago vienen por mí los matones. Eso nos gritaron anoche”, respondió angustiada una vecina al periodista que intentó hablarle. “Uno de los muertos es mi sobrino y no andaba en malos pasos, no sé por qué lo mataron esos malditos”, dijo cortante antes de cerrar la puerta.

Unas 6500 personas han sido asesinadas en los últimos tres años en Ciudad Juárez, donde los carteles de Juárez y Sinaloa luchan desde 2009 por las rutas del narcotráfico hacia Estados Unidos y el mercado local.

La fiscalía estatal había entregado para la tarde de ayer 12 de los 14 cadáveres a sus familiares, quienes también reciben ayuda psicológica, dijo el fiscal Salas en conferencia de prensa, y añadió que el reporte sobre la identidad de las víctimas aún no está completo.

La violencia ligada al narcotráfico ha dejado más de 7000 muertos en México en lo que va de 2010, según un balance de la Procuraduría Federal, lo que lo convierte en el año más violento desde que en diciembre de 2006 el gobierno lanzó una ofensiva contra los carteles con el despliegue de 50 mil militares.