Martes, 16 de noviembre de 2010 | Hoy
EL MUNDO › CUATRO RENUNCIAS EN EL GABINETE DE SILVIO BERLUSCONI
Los cuatro integrantes del gabinete que renunciaron pertenecen al partido de Gianfranco Fini, presidente del Parlamento y ex aliado de Berlusconi, quien debería llamar a elecciones si pierde el respaldo parlamentario.
Cuatro miembros del gobierno de Silvio Berlusconi presentaron este lunes su renuncia “irrevocable”, lo que agudiza la crisis política en Italia, aunque sin que implique la caída del magnate de las comunicaciones. El ministro para la Política Europea, Andrea Ronchi; el viceministro de Desarrollo, Adolfo Urso, y los secretarios de Estado para la Agricultura, Antonio Buonfiglio, y Medio Ambiente, Roberto Menia, enviaron cada uno una carta a Berlusconi anunciando su dimisión, informó un vocero del nuevo partido al que adhieren, Futuro y Libertad para Italia (FLI).
Con la salida de los disidentes del gobierno conservador, el primer ministro debe cambiar su gabinete y se concreta la crisis al haber perdido el respaldo de uno de sus principales aliados, Gianfranco Fini, presidente de la Cámara de Diputados y líder de FLI. Un quinto miembro del Ejecutivo, Giuseppe Maria Reina, secretario de Estado de Infraestructura y Transporte, miembro del pequeño partido siciliano MPA, aliado de Fini, también renunció.
Berlusconi apostó ayer por la convocatoria a elecciones anticipadas como única opción plausible en el caso de que se verifique que no goza de la confianza del Parlamento. Esta es la conclusión a la que llegaron el jefe del gobierno italiano y su aliado Umberto Bossi, líder de la Liga Norte, en una reunión en la residencia que el mandatario posee en la localidad de Arcore, a las afueras de Milán.
Un encuentro que se produjo horas después de que los integrantes del Ejecutivo italiano que pertenecían al grupo Futuro y Libertad (FLI), liderado por el ex aliado de Berlusconi, Gianfranco Fini, presentaran, como ya habían anunciado, su dimisión irrevocable.
Il Cavaliere descartó así la posibilidad de recurrir a lo que se ha llamado “una crisis piloteada”, opción barajada por la Liga y que apostaba por que Berlusconi dimitiera, habiéndose asegurado de forma previa el apoyo necesario para formar un nuevo gobierno cuando se abrieran las consultas tras su dimisión y sin necesidad de convocar comicios anticipados, abriendo la puerta a un “Berlusconi bis”. Berlusconi y Bossi apostaron, en cambio, por verificar los apoyos con los que cuenta el gobierno en el Parlamento, después de que se aprueben los Presupuestos Generales del Estado.
“El pacto de hierro entre Berlusconi y Bossi” ha excluido la “eventualidad de un Berlusconi bis”, dijo a la salida de la reunión el ministro de Defensa, Ignazio La Russa, quien agregó que si el Ejecutivo no contara con la confianza del Parlamento, “la hipótesis es la de reiterar con fuerza la petición de celebrar elecciones anticipadas”, ya que, en ese caso, “los electores tendrían que volver a tener la palabra”.
Las renuncias aceleraron el colapso del gobierno, que puede caer sólo si pierde la confianza del Parlamento, tal como prevé la Constitución italiana y el particular régimen parlamentario. La salida del gabinete de estos hombres, leales a Fini, oficializó la escisión en el partido gobernante, Pueblo de las Libertades (PDL), fundado por Berlusconi y Fini para las elecciones de 2008, y cuyo bloque en el Congreso italiano ya estaba dividido desde agosto.
Los seguidores de Fini, reagrupados en el nuevo partido FLI, tienen peso en la Cámara de Diputados, donde lograron conformar un bloque de unos 40 legisladores y hacerle perder la mayoría al gobierno de Berlusconi. En estas condiciones, Berlusconi debe afrontar una moción de censura propuesta semanas atrás por el opositor Partido Democrático (PD), a lo que sumaron los pedidos de renuncia por parte de Fini, de 58 años.
“La clase dirigente ha perdido el sentido de la dignidad, de la responsabilidad y del deber que tendrían que guiar a quien ha sido llamado a desempeñar cargos de responsabilidad pública. Los ciudadanos a quienes se ha confiado las funciones públicas tienen el deber de cumplirlas con disciplina y honor”, dijo Fini ayer en una entrevista. El partido de Fini, que garantiza la mayoría en la Cámara de Diputados, se comprometió a votar la ley como señal de “responsabilidad” hacia el país, que atraviesa una grave crisis económica y moral. “Se materializó la crisis”, admitió Lorenzo Cesa, líder del partido de centro UDC.
Los excesos y abusos del magnate de las comunicaciones en el ejercicio del poder han suscitado críticas y protestas de medios de comunicación, industriales e inclusive de la Iglesia italiana. Los medios italianos coincidieron ayer en sus editoriales en que Berlusconi logrará la continuidad de su gobierno hasta la aprobación de la ley de presupuesto para 2011. La situación política dependerá luego de la intervención del presidente, Giorgio Napolitano, quien convocó para hoy a la tarde al Quirinale a Renato Schifani y a Gianfranco Fini.
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