EL MUNDO › ENFRENTAMIENTOS EN LAS CALLES Y ACTIVISTAS Y PERIODISTAS DETENIDOS POR LOS MILITARES EN LA CAPITAL

Día de violencia y de secuestros en Egipto

Mubarak repitió que está dispuesto a irse, pero que “teme el caos” que se podría desatar. Hillary Clinton le exigió que dialogue con la oposición y denunció los ataques físicos de la policía y militares a periodistas.

Las calles de Egipto fueron ayer nuevamente escenario de las batallas entre quienes apoyan al régimen de Hosni Mubarak y quienes vienen reclamando hace casi dos semanas que el gobernante abandone el país. La novedad del día la aportó el secuestro de periodistas y de activistas de derechos humanos por parte de las fuerzas de seguridad. Mientras tanto, el veterano presidente reconoció que quiere dejar el cargo, pero que teme que de hacerlo el caos se apropie del país. Por su parte, Hillary Clinton le reclamó que inicie el diálogo con la oposición y denunció la campaña del gobierno egipcio para atacar a los corresponsales.

Haciendo oídos sordos a los gritos de la calle, Mubarak concedió una entrevista a la cadena ABC. “Si dimito hoy, habrá caos”, vaticinó el mandatario de 82 años, que en su último discurso ya se había presentado como la única alternativa posible frente a la inestabilidad. “No importa lo que diga la gente de mí. En este momento me preocupo por mi país”, se atrevió a decir el gobernante que ostenta el poder desde 1981. En su primera declaración a la prensa internacional, Mubarak tuvo que referirse a la batalla campal que se registró el miércoles y se replicó ayer entre quienes manifestaban pacíficamente en la plaza Tahrir y sus seguidores, entre los que se encontraban policías de civil. “Lamento mucho lo que sucedió. No quiero que los egipcios luchen contra egipcios”, agregó, mientras aprovechaba para responsabilizar por la violencia a los opositores Hermanos Musulmanes. Además, el gobernante egipcio dijo no encontrar explicación al levantamiento popular que reclama su urgente renuncia. “Nunca tuve la intención de presentarme nuevamente a las elecciones”, apuntó el presidente y, a continuación, negó que haya pensado en su hijo Gamal como su posible sucesor.

Omar Suleiman, el recientemente designado vicepresidente, salió a refrendar las palabras de su jefe. “El llamamiento a la retirada del presidente es una llamada al caos”, aseguró el ex jefe de los espías egipcios. “No puede haber un Estado sin cabeza”, añadió el reconocido negociador con los israelíes. Suleiman pidió calma y convocó a los Hermanos Musulmanes para que participen del diálogo que permita preparar las elecciones de septiembre y la salida del poder de Mubarak. “El tiempo nos urge”, afirmó el vicepresidente, quien explicó que reformar la Constitución para que en los comicios puedan participar candidatos independientes podría llevar unos 70 días.

Con un tono diferente a los otras dos cabezas del Estado egipcio, apareció el premier Ahmed Shafiq, quien pidió disculpas por los disturbios que ayer arrojaron cinco muertos y 1200 heridos, de acuerdo con información aportada por el Ministerio de Sanidad. “Pido perdón como hombre de responsabilidades. No fui consciente de la situación y no pude predecir los incidentes”, se atajó el primer ministro.

Desde la oposición, hubo repudio a cada una de las declaraciones del gobierno. Los Hermanos Musulmanes se negaron a participar de las negociaciones hasta que dimita Mubarak. “No encontramos ninguna utilidad a un diálogo con el régimen ilegítimo e infractor de la Constitución”, disparó Mohamed Mursi, vocero de ese grupo islamista. Lo mismo dijo el opositor y Premio Nobel Mohamed el Baradei.

Al cierre de esta edición no se registraban enfrentamientos en la céntrica plaza Tahrir, como sí habían existido más temprano. Según la cadena Al Jazeera, el ejército se interpuso entre los manifestantes pro-Mubarak y los que exigen su salida para evitar que el número de heridos y muertos se siguiera disparando. Al comienzo de esta semana, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) estimaba que ya había más de 300 muertos en Egipto.

Lo distintivo en la represión de ayer vino de la mano del secuestro de periodistas extranjeros, que fueron conducidos con sus ojos vendados al edificio de Inteligencia Militar. Horas más tarde fueron liberados (ver aparte). Un reportero del canal sueco SVT estuvo varias horas desaparecido, pero finalmente apareció en la noche de ayer gravemente herido. Cerca de una treintena de corresponsales estuvieron horas sitiados por un grupo de seguidores de Mubarak, hasta que el ejército pudo romper el cerco y liberarlos.

La secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, reclamó un diálogo urgente y serio entre el gobierno egipcio y los opositores, al tiempo que condenó los ataques de los que fueron blanco los trabajadores de prensa. “Es una violación de las normas internacionales que garantizan la libertad de prensa, y es inaceptable bajo cualquier circunstancia”, dijo la jefa de la diplomacia de Estados Unidos, principal aliado de Egipto. “Es justamente en tiempos de crisis en los que los gobiernos tienen que demostrar que cumplen esos valores universales”, remarcó la ex primera dama, que también denunció a las autoridades egipcias por el secuestro de activistas de derechos humanos.

Cerca de las tres de la tarde local, fuerzas de seguridad irrumpieron y se llevaron a activistas y abogados del Centro Legal Hisham Mubarak, entidad cairota que estaba asesorando a las víctimas de la represión de los últimos días. Entre los detenidos, cuyos paraderos se desconocían al cierre de esta edición, estaban dos integrantes de Amnistía Internacional (AI) y Daniel Williams, de Human Rights Watch (HRW). “No sabemos qué pasó con nuestro compañero, ni con los otros que fueron arrestados con él”, dijo a Página/12 Peter Bouckaert, director de Emergencias de HRW. “Sólo sabemos que llegó la policía al Centro Legal, que es la organización humanitaria más importante en El Cairo, y les dijo que salieran de la oficina. Mientras tanto los acusaban de estar en contra de Egipto. Después se los llevaron y no sabemos más”, se lamentó el abogado desde la capital egipcia. Desde AI compartieron la misma incertidumbre y prefirieron no identificar a los activistas secuestrados. “Mucha de la violencia de hoy y de ayer fue orquestada por las autoridades egipcias”, explicó a este diario James Lynch, encargado de prensa de esa organización.

Hoy promete ser un día agitado en el país norafricano. Se vence el plazo que la oposición le dio a Mubarak para abandonar el país. Una nueva jornada de protesta volverá a sacudir Egipto.

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La plaza Tahrir siguió siendo el centro de las manifestaciones y de los enfrentamientos entre bandos en El Cairo.
Imagen: EFE
 
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